Mi Chico Ideal ♡

CAP 29. Te ama, Papá.

-¿Por qué mamá?- le pregunté ya sin lágrimas en los ojos, el sentimiento de dolor se había esfumado, y solo quedaba el rencor hacia ella por no habérmelo dicho.

-Yo... Hija lo siento, quise decírtelo pero... Tu padre-

-¡Esta muerto! ¡Muerto maldita seas! ¡Eres una perra! ¡Una maldita perra!- me levanté del asiento y ella quedo en cuclillas, aun llorando. -¿y sabes algo?- le sonreí irónica -Te odio y jamás voy a perdonarte esto- salí de allí corriendo.

Ethan me persiguió unos metros gritando mi nombre, tomó mi mano y quiso abrazarme una vez más.

-¡Sueltame maldito psicópata!- le grité, los chicos se asomaron desde atrás, observando cautelosamente -¿Lo sabías verdad? ¿Tú lo sabías?- Entrecerre mis ojos, el no podía verme a la cara. Mi madre corrió y se quedó junto a Ethan.

-Son unos malditos bastardos, ¿Cómo fueron tan perversos de ocultarme algo así? ¿Cómo me veían a los ojos todos estos días y no fueron capaces de decirme que papá estaba muriendo?-  reí cínica -¿Hace cuando lo saben?- ninguno me respondió -¡Díganme!- grité.

-Hace más de trece años Megan... Lo sabemos hace más de trece años...- tape mi boca por la sorpresa.

-¿Cómo puedes ser tan perversa? ¡papá estaba muriendo! Y tú... Me viste tanto tiempo a los ojos, diciendo que todo estaría bien, ¡cuando nada estaba bien!- grité, quería matarlos a todos. -¡ESTÁ MUERTO POR AMOR DE DIOS!-

No quería quedsrme allí, no quería verlos, no quería estar con ellos, necesitaba pensar, o más bien, huir.

Corrí, como si mi vida dependiera de un hilo y al detenerme muriera. Corrí tan lejos como pude, el camino se hacía conocido y pase por en frente de la escuela, la fiesta aún seguía allí, inmóvil.

Decidí maltratarme un poco mas, y entré.

Mi maquillaje estaba corrido, mi peinado desbaratado y mi corazón  roto en mil pedazos.

Estaba destroza.

Observé el reloj que sostenía firmemente en mis manos y lo apreté contra mi pecho. No sentía dolor como para llorar, o no quería admitir que estába muriendo yo también ahora que mi padre se había ido.

Apreté mis manos con ferocidad, la adrenalina mezclada con los sentimientos de amargura y tristeza no son una buena combinación.

Entonces, se anunció a los reyes del baile.

-Felicidades a los futuros reyes del baile... Y ellos son: Megan Forest y Ethan Blacke, ¡felicidades chicos! Se lo merecen...- el reflector comenzó a buscar mi imagen y la de Ethan.

Y en cuanto me encontró, se desató la peor parte de mí.

Allí deje a Megan de lado.

Megan había muerto, yo ya no era más yo.

Miles de pares de ojos me observaban incrédulos, sonrientes, felices y alcoholizados, y no niego que yo también estoy un poco embevida en alcohol.

Les sonreí a todos.

-Pudranse en el infierno asquerosos adefecios humanos- hablé, en el silencio de la noche, se había escuchado perfectamente bien. Saqué mi dedo medio y se los enseñé a todos. Volteé y camine a la salida.

-¡Muéranse todos!- largue una fuerte risotada al aire y decidí correr un poco más.

Solo yo depararía mi destino esta noche. Si dormir, llorar o morir.

Mi madre me falló, Ethan también, mi padre está muerto.

Tantos días de campo que no tendremos, tampoco me enseñará a conducir, ¿Qué sentido tiene ir a Boston? Solo él quería verme graduada de allí.