CAP 47. Promesa Quebrada

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Desperté con el suave sonido de los pájaros en la ventana y la tenue luz que entraba por el ventiluz.

Ambos estamos acostados en la cama y Ethan apretaba mi mano con fervor, no la soltó ni un segundo en toda la noche.

Han pasado varios días de superación y hemos tratado de superarlo como más se nos ha hecho fácil ambos.

Ambos tenemos miedos, ambos se nos hace difícil seguir adelante con este problema, pero seguimos de todos modos.

Las actividades se retraen un poco y también está un poco más reprimido de las cosas que antes hacía, pero a la vez nos ayudamos mutuamente para seguir adelante.

Su ánimo no ha cambiado, el sigue de muy buen humor desde ese día y a veces tengo miedo de que eso sea sólo una coraza y que en realidad se sienta muy mal por lo que está sucediendo dentro, no quiera contarme, no tenga el valor para hacerlo, tengo miedo de que sea de esa manera.

-¿Necesitas ayuda con eso?- le pregunté asomandome a dónde se encontraba. En la encimera tenía dos trozos de pan y un queso untable, en una de sus manos un cuchillo y en la otra uno de los panes.

-No yo puedo sólo- respondió cortante.

-Ethan, por favor sabes que necesitas ayuda para hacer eso-

-Megan por favor déjame ser algo más independiente, no puedo estar dependiendo de ti toda mi vida- Hablo molesto.

-Ethan, por favor deja de ser tan terco. Sabes que solamente quiero ayudarte-

-y tú sabes que yo solamente quiero hacer las cosas sólo. Tú no tienes la culpa de que yo haya perdido la visión, no tienes la culpa de nada de lo que me está pasando- respondió frío.

-Sólo quiero ayudarte.- Respondí alejandome un par de pasos para que él pudiera estar solo.

Murmuro algo inentendible y corto del pan en dos trozos. Desde el lugar donde yo la observaba podía ver con claridad cada movimiento que hacía, eran dudosos, como si no supiera sí realmente estaba bien.

De un segundo a otro, tiró al cubierto de su mano y lo estampó contra la mesada, tomó el pan que tenía en la otra y lo apretó con fuerza, se mantuvo reclinado en la mesada unos cuantos segundos hasta que bufó, suspiró y volteó a verme.

-Sé que estás ahí Megan- susurró. Me acerqué un par de pasos hacia él, no lo tenía de frente, desde mi perspectiva, lo único que podía ver era su ancha y gran espalda.

-Estoy aquí Ethan, siempre estuve aquí.- pose mis manos suavemente por su remera.

-No puedo creer lo que me pasó...- su voz salió con un tono de dolor que jamás, había escuchado en el.

Realmente se sentía muy deprimido -Debemos salir adelante- le susurré, él tomó mis manos y las traspasó por su camiseta haciendo que yo tocará su piel.

-¿Tú me amas?- me preguntó. El corazón se me heló en ese mismísimo instante.

Obviamente lo amaba pero no quería que lo supiera no luego de todas las cosas que estaban pasando, no luego desde que hace varias semanas no nos damos ni un solo beso, ni tenemos ninguna clase de contacto que no sea un abrazo.

No podía volver a caer en sus manos, no puedo volver a caer en la trampa, no sin antes saber que él realmente ha cambiado cómo lo ha prometido.

-Megan, necesito que respondas esa pregunta- me susurró al oído acariciando mi cabello. Suspiró en él y sentí su respiración ligera como si se hubiese relajado de un según do a otro.

-Yo no puedo responderte eso Ethan, No ahora- le respondí. Él negó con la cabeza.

-Lo sabía, ya no me amas- se lamentó. Yo me salí de su abrazo en cuestión de segundos y lo observé a los ojos. Una fina capa Blanca cubría esos maravillosos ojos celestes que tanto me gustaba ver día a día, pero no habían perdido su luz, no habían perdido su belleza, no habían perdido ese toque especial que me había hecho enamorarme del mismísimo Ethan Blake.

Mi Chico Ideal ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora