Mi Chico Ideal ♡

CAP 8. Celoso «Mejorado»

(...)

— ¿Y bien hija? ¿Cómo la pasaste ayer? — Típico de mi mamá atormentarme desde temprano. Formé una sonrisa falsa y me dediqué a mentir de la manera más descarada que pude hacerlo.

— La pase genial, todo estuvo muy divertido. — Seguí comiendo mis panqueques con dulce de leche mientras mamá tomaba su café, para luego irse a trabajar. Papá salió esta mañana rumbo a su empleo. Aunque sea domingo, les tocaba trabajar. Eran algo así como muy dedicados a sus empleos.

Hoy tenía absolutamente todo el día para mi sola, con mamá acordábamos que el domingo no tenía que limpiar, ni acomodar, ni preocuparme por nada más que mi mera relajación.

Por lo que decidí irme un rato al patio y sentarme a leer uno de mis libros favoritos. ¿Recuerdan Hush Hush? Bueno, efectivamente, se había convertido en mi favorito.

Mi mamá se había ido, al igual que mi papá, dejándome sola en la soledad de mi casa. Me puse mis auriculares y me concentre en la exquicita música.

Un sumbido me distrae de mi relajación y me encuentro con una foto de mi amigo Lu en la pantalla de mi móvil. Era un mensaje de WhatsApp.

Chat de WhatsApp.

— ¡Megan! ¿Estás ocupada?
Enviado 11:34

— ¡¡Lu!! Claro que no. ¿Qué sucede?
Enviado 11:36

— Sólo quería saber ¿Quieres ir a tomar un helado? Conozco un lugar donde hacen los mejores!!
Enviado 11:37

— Me encantaría. ¿Pasas por mi?
Enviado 11:37

— En diez estoy allí.
Enviado 11:38

— Genial!! Nos vemos 😙
Enviado 11:39

Bien, al menos no me aburriría, subí a mi habitación y tomé una musculosa gris que coloqué sobre el top que llevaba puesto, luego tenía un short y tenis negros. Mi estilo era deportivo, aunque no hacía deporte.

Una bocina sonó en mi puerta y la pantalla de mi celular se iluminó con una llamada de Lucas, sabía que era él, asique no me moleste en contestar.

Un apuesto chico esperaba reclinado en mi puerta con una enorme sonrisa.

— Megan estas preciosa. — Me dio un guiño y una sonrisa coqueta.

— Debo decir lo mismo de ti Lu. — Lo inspeccione indiscriminadamente y ¡Si que se veía bien! Jeans negros ajustados, una remera blanca que se ajustaba justo a su cuerpo, un gorro que sostenía su cabello rebelde algo largo y un bolso de cuero que usualmente llevaba consigo.

— Oh Dios. — Hizo un ademán en forma de diva. — Lo sé, soy hermoso.

— Tus palabras, no mías, ¿Nos vamos?

— Después de usted. — Me cedió  el paso y yo reí. Cerré mi puerta y nos dirigimosa su auto.

Abrí mi puerta y entré, el hizo lo mismo y antes de ponerse el cinturón, colocó un CD de música con diversos temas de Rock, bajamos las ventanillas para que el viento entre y partimos hacia destino.

Hoy era un día cálido, ni calor, ni frío, la temperatura era la justa y necesaria.

(...)

— ¡Vamos yo pagaré Lucas! — Le dije por décima vez, pero él seguía negándose.

— Tú sólo elige una mesa, a menos que quieras comer tu helado de pie, aunque pensándolo bien, eso te haría crecer un poco, estas bastante enana... — Dijo poniéndose en el mostrador y pidiendo los helados.