Mi Chico Ideal ♡

CAP 60. Parte II

Entonces, tras largos minutos, solté la perilla y di un paso hacia atrás.

No podía permitirme salir corriendo. ¡No!

¿Qué hay si no puede verme? Yo a el si, y además de eso yo podría transportarlo a cualquier lugar sólo con describirle el lugar.

El es un ser humano y no le quitaría la oportunidad de amar.
¿Se imaginan que horrible debe ser que te dejen plantado en el altar? Ni hablar. No podría ser tan basura.

Yo seis feliz eternamente con tan sólo su sonrisa enorme. No necesito más que eso, y estaría con el toda la vida sólo para hacerlo feliz.

No me importa cuán difícil sea para la gente creer que una historia como la nuestra es posible, porque si es, y me gusta creer que son una de las más hermosas.

Creí que ninguna historia de amor tiene la calidez que Ethan tiene al abrazarme, o la delicadeza de sus manos al hacerme una caricia, ni las risas, las hermosas y armoniosas risas que Ethan me dedica, haciendome sentir orgullosa de mi misma.

Y si, quizás necesite de mi... pero yo también necesito de el, porque yo sin el no soy nadie y por encima de todo, se que moriría si algún día el me dejara o algo así... porque el es mi todo, mi complemento, mi amor para toda la vida... el es el amor de mi vida.

Porque me sentí vacía cada vez que el se alejaba de mi y me sentí una mierda cuando era culpa mía nuestra lejanía.

Así que no, no me voy a ninguna parte. Aquí me quedaré, aquí me casare y feliz para toda la vida viviré.

— ¡LO TENGO! ¡TENGO EL SPRAI! ¡EL... FIJADOR! — Aly había vuelto, al fin. Reí.

(...)

Con ayuda de Lucas, entramos al auto que habíamos pedido para que nos transportará desde la casa de Aly a la Iglesia.

Mi mejor amigo se veía de película, pulcro con su traje negro y corbata morada, el color de mi ramo. Sonriente y pleno, se veía feliz de verme a punto de casarme.

— De veras nunca imaginé que estuviese a casándote a esta edad... te admiro a ti y a ese inútil que tienes por esposo, ambos hacen una pareja maravillosa... los quiero muchísimo. — Hablo mirando por el espejito del auto.

Aly me abrazó y solté unas lágrimas, las cuales seque y demande que no podía llorar hasta que yo este allí dando el si.

Pregunte por Ethan, pero Lucas no me dio demasiados detalles, salvo por decirme que se encontraba muy emocionado y lloraba de la felicidad.

Pocas veces y casi nunca lo había visto a Ethan llorar, no había tenido más de una ocacion o dos desde que yo lo conocía en que las lágrimas fueran su solución.

Me sentía pequeña, sumida en mis grandes pensamientos. Las preguntas no dejaban de abordar mi cabeza.

¿Estará el allá cuando yo llegué? ¿El habrá tenido el mismo planteo que yo está mañana? ¿Y si el decide irse? ¿Y si en realidad no me ama?

Negué con la cabeza, alejando toda pregunta que no me sienta cómoda de contestar.

El auto se detuvo, justo al frente de la gran puerta que anunciaba el cartel de «Iglesia». El viaje había sido relativamente corto y no había podido aclarar todas mis dudas, entonces, con ayuda una vez más, baje del auto.

Lucas tomo mi brazo y me sonrió tiernamente, será que en mi rostro se nota lo nerviosa que estoy. Aly por otra parte, acomodo la cola del vestido y saco su cámara tomando la primera foto de mi boda.