Mi Chico Ideal ♡

CAP 40. Nostalgia

Al fin llegamos a los 40 capítulos!! 🎊 🎊 🎁 estamos a la mitad de la historia.

Exactamente, esta historia tendrá 80 capítulos. 😶😝

-¿Por qué? ¿Por qué quedó ciego?- le pregunté al doctror mientras el observaba una libreta.

-Se dió un golpe muy fuerte en el rostro, eso causó la pérdida de la vista. Ah tenido problemas en las córneas...-

-Pero eso... ¿Se cura verdad? ¿Pueden operar cierto?- necesitaba saber que era seguro que recuperaría la visión.

-No puedo asegurarte nada, hay un cincuenta porciento de probabilidades que si pueda curarse, y cincuenta por ciento de probabilidad de que no lo haga... No puedo prometerte que si estará bien...- de encogió de hombros.

-Debe ser broma... ¡Usted es médico! ¡Debe curarlo es su deber!- le grité molesta.

-En realidad, hago lo que está a mi alcance señorita...- sé justificó.

-¡¿Que clase de doctror es usted?!- grité alterada -¡Él debe recuperar la vista! ¡Debe estar como antes!- unos brazos me sujetaron con firmeza, por un segundo creí que era Ethan, hasta que olfatee el peculiar perfume de Lucas detrás de mi.

-Vamonos Megan, no solucionaras nada gritándole a ese pobre hombre, ni tampoco quedándote aquí.- Me dijo Lucas mientras me dirigía a un asiento cercano.

-¿Cómo voy a poder decir adelante Lucas? ¿Cómo podre cuidar a una persona ciega?- tapé mi rostro con mis manos y me recline sobre mis rodillas. -No se que hacer Lucas, no se coló voy a salir adelante con esto- estaba al borde de las lágrimas.

Estaba hecha un ovillo de tristeza en la sala de espera del hospital.

Lucas tenía una venda en la cabeza y algunos moretones sobre su rostro, nada grave en realidad.

-Saldrás adelante Megan, eres la chica mas fuerte que eh conocido. Te han pasado muchas cosas malas, y aquí estas, luchando y sobreviviendo.- palmeó mi espalda, Aly volvió con unos cafés y donas para desayunar.

-No tengo hambre...- me negué a comer, tenía un nudo gigante en mi garganta, casi no podía hablar.

-Debes comer algo...- susurró Aly. Me tendió uno de los café.

Lo tomé y bebi un sorbo.

-Ya verás que todos saldremos adelante...- susurró Aly.

El informe que me fue entregado detallaba que Ethan saldría de allí en dos semanas, ya que necesitaba varias curaciones y observar de que manera avanza su ceguera.

La doctora que le fue asignada me explicó gentilemnte como era posible quedar ciego por un golpe, aunque sea en el menor porcentaje de los casos, el porque no podían operarlo aún, además de explicarme que debería necesitar a alguien a su lado todo el tiempo desde el día que salga de las atenciones, hasta que el mismo se acostumbre a sus limitaciones.

Me dirigí a su habitación, era el horario de visitas.

Tenía sus hermosos ojos cerrados y la manos sobre estos, acostado, se veía triste.

-Hola...- susurré, el dio un salto debido al susto.

-Joder Megan... Me asustaste- susurró. Me senté sobre una silla al lado de su cama.

-¿Como estás?- que estúpida, era obvia la repuesta.

-Ciego.- mierda, no me refería a eso. Esta bien, lo merezco.

-No me refería a eso Ethan, hablo de... Psicológicamente....- lo observé, el río irónico.

-¿Como piensas que puedo estar Megan? Dímelo...- bufo molesto.