CAP 7. Necesito Pensar «Mejorado»

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— ¡Megan! ¡Megan espera por favor! — No quería voltear, sé que soy débil cuando de él se trata, me pedirá perdón, yo lo abrazaría y hariamos como que nada paso, pero yo no quiero eso. No quiero fingir que nada pasa.

Comencé a correr, muy rápido, mierda no sabía que corría tan veloz, los gritos eran cada vez más bajos, hasta el punto que ya no los oía, me paré en seco ¿Cómo llegue aquí? No conozco este lugar.

Es un bosque, como a los que iba con papá cuando cazabamos, está algo oscuro, por la espesa vegetación. Me senté al pie de un árbol y saqué mi celular, como por arte de magia, comenzó a brillar con una adorable foto de Ethan en la pantalla. No iba a contestarle.

(...)

Bien, mis planes del parque fueron frustrados oficialmente, son más de las ocho y la noche comienza a hacerse notar, me dirigí a un espacio en el que podía ver el cielo y me recosté en la fresca hierva.

Las estrellas comenzaron a aparecer, el canto de los búhos y sonidos de otros animales. Era pacífico, tranquilo, un paisaje digno de ver.

Cierro los ojos un momento concentrandome en los sonidos, no estoy triste por haber arruinado la salida, ni tampoco por haberme ido sin importarme nada, ni mucho menos sabiendo que Ethan estará enojado de por vida por lo que hice. Sólo estoy... Bien.

No estoy felíz, tampoco triste, a decir verdad, no recuerdo cuando fue la última vez que fui realmente feliz, quizá... Aquella vez que subí por primera vez a un columpio, tenía unos seis años, esa vez me sentí muy feliz.

Diablos, ¿Dónde se fue todo lo bueno de la vida? ¿Para qué era que queríamos ser grandes? La vida es un asco.

Crecer conlleva a muchas cosas dolorosas, que te excluyan de la escuela, que te burlen, que se rían de tí, que tus padres no te presten atención, que casi no estén contigo, que todos tus amores sean frustrados por diversas razones, enamorarte y que te rompan el corazón. En fin, todo.

Comencé a oír un sonido, que no era precisamente de un animal, podría jurar que es... ¿Llanto?

Me levante sigilosamente y me dirigí hacia el leve sonido, me recosté sobre el tronco caído de un árbol y pude ver gracias a un pequeño rayo de luz de la luna, que la persona que emitía ese sonido, era Ethan.

Estaba sentado en el suelo, abrazaba sus rodillas y su cara estaba hundida en el hueco que quedaba en medio, ya no tenía la sudadera, y sus zapatos estaban tirados a cada lado de su cuerpo, verlo tan triste, solo y débil, me hizo sentir muy mal. No podía dejarlo allí solo, después de todo ¿Cómo volvería a casa?

Caminé unos pasos sin hacer ruido y me coloqué a una distancia prudente de él, no planeaba abrazarlo, solo... Consolarlo.

— No llores por favor Ethan… — Musite. Miré hacia el horizonte y me encontre con... ¡Oh mira! ¡Un lago!

— Megan ¡Aquí estás! — Se abalanzó sobre mi y me dio un fuerte abrazo, como si quisiera romperme.

— Ethan, no respiro... — Mis pulmones luchaban por respirar normalmente.

— Lo siento, es solo que.. ¡Mierda! ¡Te busque por todos lados! Me había rendido... Lo siento... Creí que te habías ido a tu casa... O no lo se, yo.. — No pude resistirme.

Dicen que los mejores besos son los robados ¿verdad? Bueno, eso era lo que estábamos haciendo.

Al principio no reaccionó pero yo si lo hice, le pellizque la pierna a lo que el abrió su boca y yo aproveche para tomar su carnoso labio inferior y morderlo suavemente, mi lengua exploró el interior de su boca, y poco a poco comenzó a seguir mis movimientos, nunca me cansare de sus besos, si mal no recuerdo este es el número tres o ¿Cuatro? ¡A quien le importa!

Mi Chico Ideal ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora