CAP 62. Parte IV

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La mirada curiosa de todos estaban sobre la pareja con el chico que recuperó su vista el día de su casamiento.

— Aún no puedo creer que puedas ver... — Volví a abrazarlo,  por centésima vez en la noche. El me correspondió sonriente.

Su mágica, encantadora e hipnotizante sonrisa era todo lo que estaba bien en este mundo. Jamás pensé verlo arreglado y trajeado sólo para mi, para mi felicidad, para nuestra felicidad.

— Yo tampoco lo creo... que tu hallas querido, o aceptado casarte conmigo aún así es... simplemente... ¡Dios! No tienes idea de cuán feliz soy por estar aquí y que tu seas ya mi esposa... me siento feliz...

— Te amo... aunque no hallas podido ver, yo estaría aquí de todos modos...

Pero yo lo podría verte, y no habría podido ver lo hermosa que estas... — Dirigió su mirada alrededor y sonrió — Ni lo bonito que está todo aquí...

Yo lo seguí con la mirada. Todo era tal y como lo había imaginado. Las grandes mesas rectangulares con manteles de seda blanco y las sillas con fundas a juego, junto con grandes moños de color bordó, repletas de todos los invitados que habíamos querido que vengan. Ocupamos la más grande, justo en el centro, lo que me permitís tener una vista periférica de todo el lugar.
Grandes candelabros con luces alumbran con una luz tenue rodó el ambiente, dándole un atisbo cálido a la fría noche. El techo era de madera de roble, oscura y con un barniz brillante, como el piso del mismo. Todo era al estilo antiguo, con algunas cosas actuales. Los centros de mesa eran alargados jarrones delicados, con dos o tres flores al estilo minimalista. Le daba un tono sutil, cuidadosamente organizado a todo.

Frente a nosotros, en madera de fibrofacil, el regalo de Aly

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Frente a nosotros, en madera de fibrofacil, el regalo de Aly. Con grandes letras blancas, el cartel anunciaba «Mr & Mrs». Ya había pensado a donde iba a colgar esas letras. Justo arriba de la cabecera de nuestra cama. Recordé, aunque no Hala rebufo mucho que ver, la película Señor y Señora Smith. Quizás Ethan y yo seamos así en un futuro.

El ramo, tras quince minutos de pelea entre todas las mujeres, una tía de Ethan de unos sesenta años fue la ganadora, y prometió ante todos, ser la próxima en casarse

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El ramo, tras quince minutos de pelea entre todas las mujeres, una tía de Ethan de unos sesenta años fue la ganadora, y prometió ante todos, ser la próxima en casarse.

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