Mi Chico Ideal ♡

CAP 24. Dulce, Inocente y Angelical.

Conseguí imágenes nuevas de nuestro bombón tatuado ❤

-Claro... Les contaré como me fue todo...- me despedí gentilmente de Alanna y de Lucas.

Ambos se portaron de maravilla desde que retomé mi curso escolar luego del incidente con Mauro.

Anbos admitieron que el chico lucía raro días antes, pero que jamás se les hubiese ocurrido que tendría una mente tan retorcida.

Las palabras textuales de Alanna fueron "Tenía cara de estúpido además de que era muy, demaciado, callado. Era el típico chico que sacaría un arma en el futuro y nós mataría a todos"

Lo sé, ella es muy obsrvadora.

Jamás pensé que podría tener tantas cosas en común con alguna chica, es decir, ambas preferimos los parques y películas, en vez de una fiesta alocada con alcohol. Tenemos gustos muy parecidos en la lectura y prometió venir conmigo a comprar libros algún día, tiene una hermana menor y vive con su madre, no quise preguntar que paso con su padre.

Ella va un grado antes, por lo que no compartimos clases, pero si recreos y también nos juntamos en la cafetería.

Lucas y yo <más que nada yo> le contamos a Ally, ella pidió que le dijéramos así, lo contentos que estábamos luego de la sorpresiva confecion de Lucas.

Y resulta, que ninguna de ambas tenía un amigo con preferencia homosexual, por lo que automáticamente lo declaramos nuestro mejor amigo.

Somos algo así como los tres mosqueteros, un poco modernos y mucho mas guapos.

Iremos de compras en estos días, ya que el sábado será el día del baile y debemos estar listas.

Decidí caminar a mi casa para cambiarme e ir corriendo a tribunales, se me hacía un poco tarde.

Al llegar, encontré una pequela caja en la puerta, con las iniciales M.F en frente.

Extraño, muy extraño.

Tomé el pequeño obsequio y abrí la puerta dando un gran grito de llegada, este jamás fue contestado, en cambio, solo recibí el sonido de algo callendose desde arriba.

Mi piel se erizo... ¿Quién podría ser?

¿Y si es un asesino? ¿Un violador? ¡Peor aun! ¿Un espía que quería robar mis peluches?... Inevitablemente, la imagen de Mauro en mi habitación cundió mis venas de temor, él no podría ser... él.... esta preso, o al menos, eso creía.

Me deslicé como un ninja contra las paredes y subí las escaleras ligeramente como un gato.

Al llegar a arriba, note algo poco familiar, la puerta se mi habitación estaba abierta.

Jamás dejo la puerta de mi habitación abierta. Nunca.

Mi madre no suele entrar, ya que yo soy quien limpia la mayor parte de la casa en mis tiempos libres, y ella no necesita hacerlo.

Decidí solo dar un golpe y gritar, él o la ladrona se asustaría y tendría tiempo de golpearlo con algo y que no me haga daño.

Jamás sabrá que lo golpeo.

Estaba a punto de golpear la puerta cuando...

-¡Megan!- un ensordecedor grito aturdió mis concentrados oídos, lo cuál, provocó que sumbaran por unos segundos, antes de recuperar el aire y que mi corazón se relajara.

-¡¿Qué te ocurre?!- grité exaltada, mientras un divertido Ethan se partía las costillas riendo sin parar.

-¡Tranquila!- río un poco más y yo me crucé de brazos.