Capítulo 9

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Las clases terminaron a la misma hora de siempre. Ahora tenía el entrenamiento de animadoras, y aunque no tenía ganas de ver a Brittany después de nuestra pelea en el comedor, era la capitana y no podía faltar. Además, dentro de poco teníamos el primer partido de la temporada y teníamos que entrenar muy duro para dar el máximo rendimiento posible en el campo y demostrar que éramos los mejores.

Hoy entrenábamos en el patio trasero a un lado del campo de lacrosse, en un lugar reservado específicamente para nosotras. Los jugadores entrenaban corriendo y lanzando a portería, practicando los saltos y los ataques defensivos que James, el entrenador, había planificado con anterioridad. A lo lejos divisé a Brett con el stick en la mano, corriendo y lanzando a portería, marcando el primer gol del entrenamiento.

Normal que fuera el capitán, era el mejor de todos.

Decidí empezar el entrenamiento con algunos ejercicios de calentamiento para resistir la duración e intensidad del baile, además de para mantenernos en forma y hacer bien las piruetas y saltos. Les hice hacer pequeños trotes en el sitio intercalando velocidades: Rápido, lento, rápido; luego unos pequeños saltos abriendo los brazos y las piernas en cada zancada; y por último, un circuito de ambos ejercicios incluyendo también flexiones y abdominales y algunos estiramientos de brazos y piernas.

Localicé a Brittany la última en la fila que tenía enfrente. Alcancé a ver el arañazo que le había hecho en la pelea y no pude evitar reírme.

—¿De qué te estás riendo? —bramó mientras se acercaba a mí. Estaba tan enfadada que no me sorprendería si echaba humo por las orejas.

Me quedé callada y me limité a sonreír con el labio inferior entre los dientes para evitar otra pelea, pero cuando ella me empujó en el hombro y me hizo perder el equilibrio, yo se lo devolví con más fuerza.

—¡Serás zorra! —intentó agarrarme del pelo otra vez, pero Sarah la asió del brazo y la separó de mí con brusquedad antes de que pudiera hacerlo. Yo ni parpadeé.

—¿Acaso quieres otro arañazo en la cara?

—¡Se estaba riendo de mí!

—Eso no es cierto —mentí descaradamente—. Yo me estaba riendo y tú has dado por hecho que me estaba riendo de ti. Y ahora deberías volver a tu posición si quieres seguir siendo animadora.

Brittany, a regañadientes, volvió a su posición.

—Chicos —me dirigí a los demás dando una palmada para llamar la atención de todos—. Después de esta breve interrupción, volvamos con el entrenamiento. Ahora que ya estamos bien calientes, empecemos con la coreografía.

Nos pusimos a bailar como si no hubiera un mañana, con la música resonando por el altavoz portátil que teníamos para los ensayos en el exterior. Era lo suficientemente potente como para que las animadoras más alejadas pudieran llevar bien el ritmo. Bailamos la coreografía una y otra y otra vez, hasta que conseguí que cada uno de los pasos encajaran a la perfección con la música que habíamos escogido. Solo quedaba pulir los movimientos para que fueran más fluidos y limpios. Por último practicamos las figuras y los lanzamientos para incluirlos en la coreografía. Al cabo de un rato, después de comprobar que los saltos y piruetas se ajustaban al baile, decidí dar por finalizado el entrenamiento.

En los vestuarios se había formado una espesa capa de vapor que se extendía por todo el espacio debido al agua caliente que caía de las duchas. Todas las chicas se habían ido ya, incluida Sarah, ya que tenía que llevar a su hermano pequeño a clases de fútbol y se había ido sin ducharse siquiera. Ya lo haría en su casa, dijo.

Yo seguía bajo el chorro de agua, había sido la última en llegar a los vestuarios puesto que antes tenía que hablar con la entrenadora y comentarle los avances de la coreografía.

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