Como esta noche era el baile de invierno, Sarah y yo habíamos quedado por la mañana temprano para ir al centro comercial para arreglarnos. Habíamos terminado de hacernos la manicura y la pedicura, una limpieza en la cara y nos depilamos enteras. Ahora mismo nos encontrábamos caminando por los pasillos en busca de alguna tienda para comprarnos los accesorios.
—¿Qué hicisteis qué? —me preguntó mi amiga, alzando la voz y llamando la atención de todas las personas que había a nuestro alrededor.
—Baja la voz —musité—. No quiero que todos se enteren que acabo de perder la virginidad...
—Lo siento... Es que estoy tan emocionada.
Rápidamente le puse al tanto de todo, desde que llegué a casa con la sospecha de que había entrado un ladrón hasta mi confesión de que quería que Alex fuera el primero. Sarah se limitó a escucharme y a hacer algún que otro comentario como que estaba deseando poder acostarse de una vez con Woody, pues habían vuelto, aunque habían extremado las precauciones para evitar que la junta educativa los pillase y que David perdiera su empleo.
Mi móvil empezó a sonar.
—¿Dónde estás? —me preguntó Alex nada más responder.
—En el centro comercial... ¿Por qué?
—No te muevas de allí —ordenó—. Estoy llegando.
—Pero, ¿qué pasa?
—Ahora te cuento. No te muevas de ahí.
Y colgó.
Por el tono en el que hablaba, sabía que algo no iba bien. Parecía... acongojado. Muy alterado.
—¿Todo bien? —me preguntó mi amiga.
Antes de que pudiera contestar, un hombre se detuvo frente a nosotras. Tenía rasgos muy parecidos a los de Alex, cosa que me pareció curioso; cabello cobrizo, los mismos ojos azules, la mirada intimidante y los labios muy similares. Incluso diría que tenían hasta la misma sonrisa... Vestía un elegante traje azul marino, la camisa blanca resaltaba el broceando de su piel.
—Chloe y Sarah, ¿verdad?
—¿Quién eres? —preguntó mi amiga, reticente.
—Oliver Wilson —me miró—. El hermano de Alex.
Me quedé paralizada. ¿El hermano de Alex?
—Por la forma en la que me estáis mirando, deduzco que no os ha hablado de mí. Alex puede llegar a ser..., muy reservado con sus asuntos personales.
Eso era cierto, pero de ahí a ocultarnos un hermano secreto, era demasiado que asimilar. La cabeza me iba a mil por hora mientras me hacía a la idea; por eso me parecían tan similares, porque compartían la misma genética. Porque son hermanos.
—Me gustaría hablar contigo —me dijo.
—¿Para qué? —se me quebró la voz. Aún seguía conmocionada por la noticia.
—Para conocer a la novia de mi querido hermano pequeño.
Extendió la mano hacia mí. Yo la miré, grande y masculina, y después desvié la mirada hacia sus ojos, azules y persuasivos. Si era igual de cabezota que su hermano, no pararía de insistir hasta que hablase conmigo.
—Alex me ha dicho que esperase aquí —repuse.
—Yo puedo contarte cosas que él jamás te dirá.
Vale, como negociador, era bastante bueno.
—No te irás con él, ¿verdad? —me preguntó Sarah.
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Mi mejor error
RomanceChloe Davis es la chica más popular del instituto. Todo en su vida es perfecto, está controlado. Hasta que en el último curso aparece un chico nuevo; Alex Wilson, tan borde y arrogante como guapo e irresistible, que pondrá todo su mundo patas arrib...