Capítulo 13

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Noté como un brazo me envolvía la cintura y cómo me pegaba a un cuerpo musculoso. Al abrir los ojos lo primero que vi fue a Christian plácidamente dormido a mi lado con el entrecejo fruncido a la vez que soltaba un pequeño ronquido. No supe en qué momento de la noche me quedé dormida mientras veíamos la película, pero debía salir de aquí cuanto antes si quería llegar con vida a la graduación.

Intenté levantarme muy cuidadosamente para no despertarle. Tomé su mano y la quité de mi cintura despacio, dejándola caer sobre la cama. Cuando me senté en el borde para buscar los tacones, me envolvió la cintura con sus brazos.

—¿Huyes de mí ? —su voz sonaba ronca y adormilada. Se había quitado la camiseta en algún momento que no llegaba a recordar, dejando a la vista su trabajado cuerpo.

—Claro que no.

Me atrapó entre sus brazos y se dejó caer conmigo encima sobre la cama. Presionó sus labios sobre los míos, inmovilizándome con su abrazo de oso.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —susurró junto a mi boca.

—Por supuesto.

—Mi prima me contó que estuviste con un tal Brett durante varios años. ¿Por qué no te acostaste con él?

Conseguí zafarme de su agarré y me senté en el colchón.

—Al principio no estaba preparada para hacerlo, y cuando creí estarlo lo encontré en el despacho del entrenador con una compañera de las animadoras...

—Menudo idiota —maldijo—. Yo sí que esperaré por ti.

Se me escapó una leve sonrisa.

—¿Y con Alex?

Escuchar su nombre en la boca de Christian se me hizo raro. Había venido a la fiesta en un intento de demostrarme a mí misma que no me importaba que Alex estuviera saliendo con Brittany. Pero al escuchar su nombre..., algo dentro de mí se movió con fuerza, como un revoloteo en el estómago.

—Mi prima habló también de Alex...

—Vaya con Sarah; te ha puesto al día —mascullé.

—No te enfades con ella —susurró, dándome un beso en el hombro—. He sido yo quien ha intentado sonsacarle la máxima información posible. Y en su defensa diré que no ha hablado mucho de Alex.

Tuve el fugaz pensamiento de si Sarah le había contado también que estuvo saliendo con un profesor. Seguro que de eso se habrá olvidado...

—Si no quieres hablar de él, no pasa nada. Lo entiendo.

—Alex es lo peor que me ha podido pasar —dije más bien para mí, pues necesitaba creer que así era—. Desde que nos conocimos ha estado riéndose de mí... No obstante, también me ha demostrado que puede llegar a ser muy diferente, puede ser amable, simpático, divertido..., no sé.

—¿Y por eso te gusta tanto? ¿Porque te tiene fascinada?

—No lo sé. Ahora tiene novia así que...

—Si me dejas, yo puedo ayudarte.

—Christian...

—Chloe, yo puedo hacer que te olvides de Alex —estiró la mano y me acarició la mejilla con sus nudillos, sus ojos me miraron sinceros y brillantes—. Si me dejas, puedo hacer que te enamores de mí.

De repente mi móvil empezó a sonar. Me levanté y caminé hacia el escritorio donde anoche dejé mi bolso. El nombre de mi padre y una imagen suya mientras dormía apareció en la pantalla. Tenía veinticuatro llamadas perdidas y treinta y tres mensajes suyos.

Mi mejor errorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora