I: Inicio

2.3K 174 7
                                    

<<¿En donde mueren los sueños?, En un lugar llamado miedo>>

Se sentía de lo peor por más que tratará de ver algún lado bueno acerca de esto pero no podía encontrarlo si es que ese lado bueno existía.

Todo por lo que lucho se vino a bajo en un abrir y cerrar de ojos cuando al fin había creído que lo iba a lograr, que iba poder ganar todo terminó.
Recordando las palabras de aquel chico a pesar de que portaban el mismo nombre sus personalidades y forma de actuar era diferente, demasiado diferente.

Alguien como aquel chico y alguien como él, tan diferentes y con solo pocas cosas en común.

Lo que había mencionado era verdad, si no tenía la inspiración para poder patinar estaba muerto, ahora se sentía muerto.

Era sorprendente como un chico tan hermoso como lo era él podría ser tan letal con sus palabras incluso su nombre sonaba de alguna manera imponente y a la vez con unos toques de salvaje e indomable como él lo era, Yuri Plisetsky.

Aquel indomable chico que a pesar de su condición no le temía a nadie y lo único que hacía era pelear, parecido a un delincuente.

Volver a Hasetsu, un lugar que después de cinco años está volviendo a pisar, recordando cada cosa que en aquel tiempo paso y tuvo que enfrentar para poder patinar.

La forma en la que lo recibieron fue cálida y alegre aunque eso lo hacía sentir más decepcionado de lo que ya estaba de si mismo.

Lo habían recibido como un ganador algo que él no lo era, se miraba al espejo y lo único que podía ver en su rostro era a alguien patético, muy diferente de quien era cuando partió.

Incluso su mayor idolo lo trato como un fan, bueno era un fan pero a la vez patinaba y con lo que hizo logró que se sintiera como un simple aprendiz o alguien que no valía la pena verlo como su igual, una razón más para sentirse decepcionado de si mismo.

Depresión fue lo que siguió después de haber perdido y a la vez que su perro muriera, tanto que había logrado ganar peso y a la vez con tanto tiempo libre que lo único que podía hacer era lo que sabía y le gustaba, patinar.

A pesar que muchas personas le daban su apoyo no podía salir de su pensamiento el hecho de haber defraudado a todos los que confiaron en su capacidad incluso defraudarse así mismo.

Ice Castle, el único lugar en donde podía  dejar todos esos pensamientos y olvidarse un poco de lo que estaba pasando con su vida.

¿Que podría hacer?. ¿Rendirse?.

Sería una mentira si dijera que no lo había pensado, tal vez retirarse y ocuparse junto con su hermana del negocio familiar como estaba planeado hace mucho pero no quería, no quería dejar de patinar ni retirarse ni ocuparse del negocio familiar, él quería llegar a poder ser alguien que cambie algo en el mundo que llegue a brillar a pesar de ser un Omega.

Omega.

Una palabra que le daba sentimientos buenos y malos por igual, Omega como su mejor amiga,Yuko, quien lo había apoyado desde pequeño y ahora qué era la encargada del Ice Castle le permitía patinar allí hasta tarde.

Tenía tres pequeñas hijas y al igual que él amaba el patinaje artístico junto con su esposo tanto que había nombrado a sus tres hijas con nombres de giros.

Quería mostrarle lo que estaba practicando desde que perdió aquella coreografía que era una de sus favoritas pero algo que no podría hacer porque era una coreografía para alfas y que según había escuchado el cuerpo débil y frágil de un Omega no podría hacer ni aguantar, le demostraría de la fuerza de los que son capaz los Omegas como ellos tienen.

Al haber finalizado la coreografía observo como su amiga derramaba lágrimas pero sus ojos demostraban orgullo mientras que con sus manos se tapaba la boca.

Estaba regresando a casa con una sonrisa bastante disimulada, logró darse cuenta de algo, aún estaba su amor intacto por el patinaje a pesar de todo quería seguir patinando.

Al llegar observo que su maestra de ballet estaba conversando con sus padres lo único que hizo fue saludarla  y a la vez decir que tomaría un baño luego iría a dormir o eso intentaría.

Justo cuando iba a por fin poder ir a dormir recibió una llamada del esposo de Yuko, Takeshi, pidiéndole perdón por lo que las trillizas habían hecho aunque no entendía que era lo que había pasado.

-¿Pero que..?-

La única palabra que salió de sus labios al ver el mensaje que le llegó de Takeshi y que ya tenía millones de visitas y no solo eso, en Twitter ya era tendencia mundial mirando como en todas sus redes sociales le enviaban mensajes incluso su ex entrenador intentando descifrar que era lo que estaba pasando tal vez fue mucho para él ya que apenas termino de apagar su teléfono cayó dormido.

Puede que algo bueno pase puede que cierto ruso en cierto lugar este observando el mismo vídeo con una decisión en la mente.

Puede que aquel suceso cambie su vida.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
SACRILEGIUM-| YURI ON ICE |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora