CRUSH | Tyler Joseph

VIII

— ¡Amo ese juego!— se levantó de su asiento riendo.

Estuvimos comiendo y jugando toda la tarde. La sonrisa de Tyler es preciosa. Nadie podía interrumpir este hermoso momento.

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—Ya son las 5:30 Tyler, comencemos a guardar— le dije interrumpiendo su felicidad.

—Está bien, fue divertido— me sonrió ayudándome con los platos.

Fui a guardar la consola y cuando volví todo estaba impecable, como si nunca hubiera pasado nada.

—Hay que repetir esto— agachó su cabeza con su mano en la nuca.

—Si, estuvo divertido—me acerqué un poco y sonreí. —Creo que es hora de que te vayas— hice un puchero.

—Si, cuídate mucho Abby— se acercó a mi.

Tyler puso su mano en mi brazo y se acercó lentamente para besarme la mejilla, pero antes de llegar, se quedo quieto y colocó su otra mano en mi mejilla y giró mi cara lentamente sin quitarme los ojos de encima.

Podía sentir su nariz rozando la mía y el calor de sus mejillas. Estaba hipnotizado viendo mis ojos y la mano que tenía en mi brazo, la movió lentamente hacia mi cintura. Podía sentir su corazón latiendo rápido o... quizás era el mío, no lo sé.

Se acercó despacio, relamió sus labios y me besó. Bajó su otra mano a mi cintura también y yo lleve las mías a su cuello. Sentía sus labios comenzar a sincronizarse con lo míos. Un hormigueo recorría todo mi cuerpo y cada vez nuestros cuerpos se unían más.

Ese era el beso que estaba esperando hace tanto tiempo. Dios, Tyler, sus labios...

Luego de un tiempo Tyler se separó y quedó mirándome a los ojos otra vez. Sonrió, y eso me mató totalmente. De pronto su rostro se formó en preocupación y se acercó a mi oído.

— ¿Puedo pedirte un favor?—suspiró.—Y por favor, no te vayas a enfadar conmigo—

— Si, adelante...— dije nerviosa.

—N-No le digas a nadie de esto, por favor— cerró los ojos y negó con su cabeza.

Sólo asentí con la cabeza pensando en lo mismo.

—Debes irte— lo llevé a la puerta sonriendo. —Adiós, Ty —

Estaba cerrando la puerta y antes de conseguirlo Tyler desde afuera puso su mano en esta y volvió a abrirla de golpe. Se acercó rápidamente, me tomó de mi cintura y fuertemente me atrajo hacia él y volvió a besarme.

—Te quiero— dijo suavemente en mi oído.

Se separó rápido y salió por la puerta cerrándola el mismo.

Una sonrisa se formó en mi rostro involuntariamente y me cubrí la cara con ambas manos. Me senté en el sillón pensando en lo que acababa de ocurrir. No podía creerlo. Estaba horriblemente contenta. Los besos de Tyler, su sonrisa, sus ojos, su cabello, sus mejillas, sus manos. Todo de él es perfecto.

Poco después tocaron la puerta y supuse que era mamá, y estaba en lo cierto.

— ¡¿Qué te ocurre?! ¡¿Estás bien Abby?!—tenía una cara tremenda de preocupación.

— ¿Qué? ¿Por qué mamá?— dije confundida.

—Tus mejillas están muy rojas, cariño— pasó sus manos delicadamente por mis mejillas.

—Ah... eso, es que tenía algo de calor y vine corriendo y creo que aún no se me ha pasado— sonreí intentando que se lo creyera.

—Oh, está bien mi niña— sonrió y dejó sus compras en el sofá.