CRUSH | Tyler Joseph

XIV

Nos sentamos juntos en aquel sofá donde Tyler se supone que pasaría la noche, abrazados, tomados de la mano. Hasta que escuchamos a mamá acercarse a el salón y nos soltamos.

—¿Están listos?— Mi mamá nos sonrió.

—Claro, vamos mamá— le sonreí levantándome con Tyler.

Mamá tomó las llaves de su auto y abrió la puerta para que saliéramos adelante de ella. Cerró la puerta de la casa con llave y nos dirigimos a su auto. Yo y Tyler nos sentamos atrás juntos y mamá en frente para conducir. 

—Y... ¿Durmieron cómodos?— Mamá rió.

Ambos nos sonrojamos. —Pues si, la verdad ni siquiera me di cuenta cuando me dormí, enserio estaba cómodo. H con sueño, al parecer...— Tyler tomó mi mano sin que ella lo notara. —En serio planeaba ir a dormir en el sofá como usted dijo, pero creo que simplemente encontré un lugar más cómodo—

Mamá solo rió y siguió conduciendo. No parecía molestarle este tipo de cosas que decía y hacía con Tyler. Luego de unos 5 minutos llegamos a una cafetería. Bajamos del auto y fuimos a una mesa que estaba junto a la gran ventana que tenía esta.

—Muy bien, ¿qué quieren niños?— Nos miró a ambos.

—Yo sólo quiero un café con unos sándwiches. Realmente no tengo tanta hambre ni quiero abusar de lo amable que es— dijo Tyler sonriendole a mi madre.

—Lo mismo, mamá— sonreí

—Muy bien, que simples— Un mesero se acercó a nosotros y mamá ordenó. Ella pidió un capuchino con unas rosquillas.

Mamá le hacía preguntas a Tyler. Supongo que quería tenerle más confianza, después de todo, él ya había pasado una noche completa en casa, ahora estábamos desayunando juntos y yo pasé toda una tarde ayer en su casa.

Cuando nuestra comida llegó, comenzamos a comer tranquilamente hasta que el teléfono de Tyler nos interrumpió todo.

—Esperen un segundo, vuelvo en seguida— dijo mientras se levantaba de la mesa y caminaba hasta afuera de la cafetería.

Tuve demasiada curiosidad por saber quien era y me quedé mirando por la ventana disimuladamente para intentar enterarme un poco de el tema.

Ty colocaba su mano disponible en su cabeza en forma de estrés o preocupación. Espero que no sea nada grave. Hablaré con él cuando lleguemos a casa. Supongo que se quedará también a almorzar. Dependiendo de que se trate aquella escena.

Tyler volvió y fingió una sonrisa disculpándose y volviéndose a sentar junto con nosotras. Luego de terminar mamá pagó todo y subimos al auto nuevamente para dirigirnos a casa.

—¿Quién era Tyler? ¿Ocurrió algo malo? ¿Eran tus padres?— dijo mamá observándolo por el espejo retrovisor del auto.

—Está todo bien, no se preocupe. Solo era mi madre, no le dije a que hora volvería a casa, pero ya lo solucioné— No sonaba lo suficientemente convincente para mi.

—Oh, está bien, ¿Quieres quedarte a almorzar?— Mamá sonrió. ¿Leerá mi mente?

—Está bien, ¿Cuál es el menú de hoy?— rió.

—Mmm... iré al supermercado luego de dejarlos en casa para comprar un poco de pasta, ¿Qué les parece?—

—Me parece bien, suena delicioso, usted cocina muy bien— Tyler se veía feliz, pero no del todo, no como antes.

—Muchas gracias, hijo— sonrió mi madre.

Mamá estacionó el auto fuera de la casa y nos entregó las llaves para abrir la puerta.

—Preparen la mesa, cuídense mucho niños, los amo— nos lanzó un beso con la mano y fue al supermercado.

Tyler y yo entramos a casa totalmente satisfechos. Me lancé a el sofá algo cansada. Tyler se sentó en una esquina de este y sujetó su cabeza con ambas manos. Me senté normalmente y puse mi mano derecha en la espalda de Tyler.

—¿Ty? ¿Qué ocurre?— Me preocupé, ahora si estaba demostrando estar mal.

—No es nada, tranquila. Estoy bien, no es necesario que te preocupes— seguía con su mirada hacia el suelo de la sala.

—Tyler... No era tu mamá preguntando por la hora a la que llegarías, ¿cierto?— Levantó su cabeza y pudo ver mi cara de tristeza.

—N-No...— alzó su mirada y pasó sus manos por su cara. —Lo siento, no quería mentir, es solo que... No lo sé— se giró y me miró a los ojos.

—Tyler... puedes confiar en mi. Me preocupas—

—Es que...— suspiró. —No lo sé... confío en ti, pero tengo miedo. Sólo... No puedo decirlo...— sus ojos se cristalizaron y me tomó la mano.

—¿Miedo? ¿Tyler? ¿De qué hablas? estás asustándome— apreté su mano.

—Miedo a lo que pienses del tema— Tyler derramó una pequeña lágrima mientras se lanzaba a abrazarme muy fuerte.

No entendía de lo que estaba ocurriendo, pero creo que no era un buen momento para obligarlo a que me contara todo esto, a pesar de la mucha curiosidad que tenía. Pero, creo que es algo con sus padres.

—Lo siento mucho— Dijo entre sollozos.

—No te preocupes, no te obligaré a nada— Me separé de él y limpié sus lágrimas. Acaricié su mejilla y besé su frente. —Recuerda, siempre estaré aquí para ti— le sonreí y él hizo lo mismo.

—Gracias, por todo. Gracias por llegar a mi vida, enserio— Me volvió a abrazar ya más tranquilo.

—No hay de qué. Ven arreglemos la mesa como dijo mamá— Me levanté y tomé su mano.

Buscamos un mantel para cubrir la mesa y entre los dos colocamos los cubiertos.

Tyler oculta muchísimas cosas... ¿Será buena idea involucrarme con él?

Narra Tyler

¿Como se lo diré? ¿Qué pensará cuando le hable de mi psicólogo? ¿Qué dirá acerca de mi enfermedad? ¿Se asustará? ¿Se burlará? Tengo miedo. No quiero se aleje de mi. 

Mamá dijo que el psicólogo quería verme mañana. Le contaré de ella y de lo feliz que me hace. Quizá él me de un consejo para decirle todo a mis papás sobre ella, y a Abby de... Todo esto.

Me agrada mucho su madre, creo que le caigo bien. Es muy amable conmigo y eso es bueno porque no tendrá problemas con que salga con su hija. Planeo llevarla a recorrer muchos lugares. Mostrarle cosas lindas y que aún así, ninguna pueda ser tan hermosa como ella. Le haré saber que es adorable.

Al poco tiempo tocaron la puerta, era su madre, venía con muchas bolsas. Supongo que no compró solo algunas cosas para almorzar.

—Deme esa bolsa, la ayudaré— dije amablemente.

—Muchas gracias, mi pequeño— Me sonrió.

—No hay de qué—

Dejé las bolsas en la cocina y luego de esto ella comenzó a cocinar. Me giré para ir a la habitación de aquella chica que se robaba mis pensamientos, y la verdad me gustaba mucho estar ahí.

Seguía sin creerlo, dormí a su lado. Ya la besé. Y tengo toda su confianza y preocupación. No creí que esto llegaría a pasar, y si es que ocurría, tal vez sería más o menos cuando este año estuviera terminando. Es algo apresurado, pero creo que ella me gusta.