CRUSH | Tyler Joseph

XXXIII

Narra Tyler

-¡Enseguida!.- grité a través de la puerta para que papá me oyera.

Tomé a Abby de la mano y la llevé hacia las escaleras.

-Quédate en mi habitación.- dije mientras subíamos las escaleras. -Si escuchas que subimos las escaleras, escóndete en...- entré a la habitación. -Ese armario.- señalé a una esquina de la habitación.

Fui a uno de mis cajones y tomé un pantalón y me lo pude rápidamente.

Estaba a punto de salir de la habitación pero Abby tomó mi brazo.

-Tyler.- suspiró con temor. -Ven a buscarme cuando el se vaya, porque... No se quedará mucho, ¿Verdad?.-

-Sólo viene a buscar unas cosas de mamá, me encargaré de que se vaya pronto.- besé su frente.

Cerré la puerta de la habitación y bajé rápidamente las escaleras, de manera de que en el penúltimo escalón me tropecé y casi caigo a el suelo.

Me detuve frente a la puerta para recuperar el aliento y abrir la puerta con una gran sonrisa.

-¡Hola, Papá!- levanté los brazos. -¡Que sorpresa! Por un momento casi me olvidé de que vendrías hoy.

-Hola, Tyler.- me sonrió y se acercó a abrazarme. -¿Por qué tardaste tanto en abrir?... y ¿Por qué no traes camiseta, hijo?-

-Tardé porque...- Vamos, piensa. -Estaba en ropa interior, ya sabes que es cómodo y mucho más cuando estas solo en casa.- reí nervioso haciéndome a un lado para que el entrara a casa. -Además, hay suficiente confianza como para que veas a tu querido hijo sin camiseta, es decir, solo mira estos músculos.- Reí y levanté mis brazos para enseñárselos. 

-Veamos si los mantienes cuando tengas mi edad.- rió y entro a casa.

Cerré la puerta detrás de el y lo seguí hasta el salón principal. 

Dejó sobre el sofá una gran maleta que supongo que será para guardar las cosas que viene a buscar de mamá. 

Miraba sorprendido y confundido toda la casa, como si no la hubiera visto hace años.

-Tu madre dijo que Josh vino. Creí que encontraría esta casa hecha un total desastre.- rió.

-Si, pues...- Rápido, inventa. -Si... amm... Josh luego vino con su novia y limpiamos todo el desorden que causamos. Ya sabes, las chicas siempre han tenido ese talento para dejar todo lindo y limpio.- me encogí de hombros.

-Ya veo...- caminó hacia la cocina.

Debo admitir que con cada paso que daba por la casa, cada vez sentía más miedo de que notara que no he estado aquí.

Se acercó a el refrigerador y observó toda la comida que había sorprendido.

-¿Que demonios, Tyler? ¿Acaso ya no comes?.- dijo cerrando la puerta de el refrigerador. -Creí que estaría casi vacío, si estuviste aquí con Josh, deben haber arrasado con todo.-

-Si... es que... pedimos pizzas y compramos algunas cosas. Ya sabes, chocolates, galletas, papas y todo eso.- soy un asco mintiendo.

El sospecha algo, es obvio. Antes de cruzar aquella puerta, sospechaba. En cuanto llegó, comenzó a observar todo el lugar, no debe de confiar en mi.

Caminó hacia el comedor y observó lo que había hecho para Abby y para mi.

-Creo que te interrumpí en mitad de tu desayuno con... ¿Alguien más?.- me observó confuso.