CRUSH | Tyler Joseph

XV

Narra Tyler

Me recosté en la cama de Abby y comencé a dejarme llevar por todas esas preguntas que venían a mi cabeza. Podría hablarle a mi psicólogo de ella, si, quizá me ayude. Tal vez me diga que estoy mejorando gracias a ella y si es así, será otro motivo para no dejarla.

¿Qué dirán mis padres cuando les hable de Abby? Aún no les he dicho nada, estaban realmente felices con que tuviera algún tipo de relación con Jenna, pero ella no era el tipo de persona que me gustaba. ¿Cómo se los diré? ¿me seguirán apoyando? Claro que no...

Jenna venía de una familia con dinero, era rubia con unos ojos azules perfectos, tenía calificaciones perfectas y su familia completa conocía la mía. Y por eso... Me obligaron a estar con ella.

—¿Pasa algo, Ty?— Abby entró a la habitación provocando que me levantara rápidamente de la cama observándola asustado.

—No, no, nada, estaba pensando nada más— Sonreí.

—¿Pensando? ¿estás seguro? yo diría que dormiste terrible anoche y quieres descansar— Soltó una pequeña risa sentándose delicadamente a mi lado.

—Nada de eso Abby. Realmente dormí cómodo, créeme. Fue muy lindo de tu parte que me dejaras dormir a tu lado, fue muy cómodo y lindo— Le sonreí y ella comenzó a sonrojarse. —Desperté muy temprano y solo pude seguir abrazándote y verte dormir, es algo realmente tierno, más de lo que ya eres comúnmente—

Ella se abalanzó hacia mi y me abrazó realmente fuerte.

—Muchas gracias, Tyler. Necesitaba conocer a alguien como tú. Me haces muy feliz— Abby dio un gran suspiro en mi cuello. —E-Eres un gran... amigo, Ty—

¿Soy solamente un amigo para ella?

—T-Tú... también para mi, Abby— dije incómodo pensando en todo lo que ha pasado.

Eso me devastó un poco, pero es cierto, somos amigos, quizás ella solo quiere eso conmigo, o solo seremos amigos que con frecuencia... ¿Se besan? No lo sé, quizá ella solo quiere algo de entretención. Pero... prefiero que sea así conmigo que con alguna persona más. Si la veo con otro chico, me muero.

Abby se despegó de mí, dejando sus delgadas manos sobre mis hombros y mirándome directamente a los ojos. No puedo resistirme a su hermosa mirada. No necesita ojos de algún color impresionante o claro para que sean bellos.

Sus delicadas pestañas chocando sobre sus mejillas cuando parpadea y la forma en que sus pupilas de dilatan. Es preciosa, no puedo resistirme, quiero besarla, aunque quizá sea algo mucho más incómodo por aquella pequeña conversación de hace solo unos segundos y además... su madre podría vernos. Si nos ve, ¿Que pensará ella que ocurrió anoche?

—¡Chicos! la comida está lista— gritó su madre desde la cocina.

—¡Ya vamos, mamá!— dijo Abby aun mirándome a los ojos.

Se acercó y me besó delicadamente la punta de la nariz, sonrojándose poco a poco para luego tomar mi mano y guiarme a la sala y poder comer todos juntos.

La casa de Abby era realmente acogedora, no era una mansión gigante, pero era muy linda, tranquila, no muy calurosa, no muy fría, muchas ventanas que iluminaban todo el lugar y muchos maceteros con hermosas flores y plantas que supongo que su mamá cuidaba. Prefiero esta casa antes que la mía, con mi familia...