Capítulo 1: El día en que nos conocímos

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Un día como cualquiera, en el mes de Junio, exactamente en el receso de la preparatoria...

  Hay momentos en mi vida en las cuales llego a preguntarme, si alguna vez tu destino esta escrito o puedes escribir el destino y ser el propio autor de tu vida, no logro entenderlo.

  A veces hay cuestiones en la que me siento muy importante, como... Formar parte de algo. Pero no es así. Trágicamente estuve rodeada de sonrisas falsas y comentarios vacíos, me sentía la como un frasco sin nada de contenido, un libro sin historia, opacada por la soledad cruel, que siempre me seguía.

  Hoy realizaba mi rutina que se había vuelto hace unos días, diaria, pues verme en la biblioteca era casi pan de todos los días. Hasta creo que Sully, la señora cincuentona encargada de la recepción y préstamos de libros, debe estar harta de mi presencia, no era para tanto, solo quería unos libros para realizar mi presentación en PowerPoint, ya que proyectos como esos eran cosas que no se tomaban a la ligera y que podrían matar a cualquier persona no preparada. En mis brazos llevaba un folder con hojas sueltas. Tenía la rara costumbre de llevar, siempre, algo en mis brazos, era una forma de protección contra los seres externos, una forma de ocultarse de los demás y poco a poco fue tomando la silueta de un hábito desmesurado. Dentro del folder traía conmigo el carnet de biblioteca para solicitar los libros.

  Si dije que no era novedad que me vieran en la biblioteca (si es que lo hicieran...) era porque tenía otra mala  costumbre de olvidarme las cosas entre ellas mi carnet y siempre terminaba por rogar a Sully, y a pesar de ello nunca cedía. Pero. Hoy no será el día.

  Raramente tenía un gran presentimiento, uno que con solo pensarlo me ponía la piel de gallina.

  "Creo que fue por lo de los exámenes de esta mañana. Tengo que relajarme" Solté un suspiro ahogado.

  Al bajar por las escaleras dejé sobre un escalón el folder crema, sostuve mi Sansung mini J2 prime, y coloqué la primera música que sonó después de presionar el play "Don't touch my girl" Una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro al recordar al joven quién daba inicio al tema, un modelito de chico asiático dotado de talento en el baile, canto y modelaje, con una sonrisa adorable y pura que no mataba ni una mosca. Ahora me puedo dar cuenta de lo entusiasmadas que tienen a sus fans.
  Tomé mis cosas, doble a la derecha donde terminaba la escalera conduciendo al pasadizo de la primera planta. Mientras iba caminando, por mis espaldas, unos muchachos corrían por el pasillo como unos verdaderos trogloditas, unos hombres de cavernas sin la capacidad mental para pensar en esquivarme, me empujaron, causando que suelte lo que llevaba en mis brazos y eso también contaba mi ladrillo.

     _ ¡Idiotas! ¡¿Acaso quieren morir?! - Grité, pero no pudieron oírme, ya habían desaparecido. - No, mi celular, hace un mes que lo compré. - Sujeté el aparato ya hecho añicos. - Se supone que es una Universidad de gran prestigio.

  Bueno, no podría decir poco de nuestro precario sistema educativo en nuestro país. Reclamar y protestar sobre las fallas de nuestro gobierno, era como decirle al perro que dejara de ladrar, un caso completamente imposible y una pérdida de tiempo para mi, pues nadie hacía nada al respecto. Y si hablo de la educación, digamos que hay ciertas cosas que al menos el gobierno no pudo dejar pasar. Me refiero a las becas. Durante mis días en la escuela, hablar de becas eran cosas que no emocionaba a todos, pues esos tiempos donde las citas, las fiestas y las relaciones eran temas muy importantes en que tocar a la hora de PFRH (Persona, Familia y Relaciones Humanas). Bien, pues sucedió lo tan anciano para mi, ser merecedora de una beca era un sueño hecho realidad. Fue así como llegué en esta Universidad. Durante muy poco mi paz fue bella, la llegada de Morelia derrumbó mi mundo, sus patéticos comentarios discriminatorios hacia mi condición económica eran su mayor diversión. Pero, a pesar de todo, solían ser palabras huecas de una cabeza oxigenada que no tiene idea de lo que tuve que pasar para llegar hasta aquí.

Afortunada, entre dos mundos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora