13 de febrero...
_ mmm... - Se estiró en su silla, se veía totalmente agotada. - Creo que con el capítulo 14 bastará para hoy. Mañana es día de San Valentín y tal vez salga con mis padres, aúnque lo dudo mucho.
_ ¡Mayra, ven hija, mira lo que trajo la Mamita! - Gritó Carin su madre, desde la sala.
Como todo niña obediente, gritó un "¡Ya voy!" Salió de su cuenta, apagó el ordenador. Claro que podía haber utilizado el celular táctil, pero al parecer era incómodo para ella.
La señora Gladys, también conocida como la "bruja mala" apodada por los nietos, había traído algunos dulces de su pastelería para compartir entre los primos. Lentamente empezaba a entender el por qué del apodo de bruja, no cualquier abuelita daría los dulces más deliciosos a sus dies sobrimos en casa, no contando con los demás no presentes.
La familia de Mayra, era compuesta por cinco tías y cuatro tíos, con la cantidad de casi veinte primos y dos bisprimos. Una familia muy grande pero vacía para ella._ Toma. - Carin le lanzó un tartaleta de fresa, apenas Mayra llegó a la sala.
_ Gracias.
Se acomodó en el sillón y trató de pensar en las siguientes escenas de la historia. Pero mientras pasaban la horas se se alvidaba completamente de ello y casi toda la parte del día la pasó viendo un k-drama que era protagonizada por su actor favorito Lee Jong Suk "Pinocchio".
5 horas después...
Dejó a un lado el móvil y miró al techo echada en el sofá de la sala.
_ Supongo que iré a seguir escribiendo... ¡Creo que ya lo tengo! - Se le había ocurrido una idea para la historia de Jacqueline, se levantó del sillón y fue a su querida pieza, su lugar de refugio dónde encontraba la paz o eso es lo que ella pensaba.
_ ¡Mayra! ¡Baja de tu cuarto, hace calor arriba! - Nuevamente la voz de su madre.
Eso era cierto, ni siquiera puede estar en su pieza dónde la compartía con su hermana mayor. Su hermano. el mayor de las tres, no se encontraba con ellas debido a sus estudios superiores en la Universidad de la Molina en el ámbito de la medicina humana, a tres horas de viaje, depende del tránsito. Por esa misma razón, el muchacho de 22 años tuvo que conseguir una habitación cerca de su sede universitaria.
Por otro lado, la habitación de Mayra era el único lugar a en el cual se inspiraba y podía pensar claramente sin las molestias del mundo, tenía diesiciete horas para ella pues las demás era moemento de compartirlo con la mayor. Era ilógico ¿Quién se supone que se puede inspirar en un lugar cerrado, sin ventanas y con una calor de la patada? Sin considerar las altas temperaturas del verano, podría decirse que la joven de quince vivía bajo el mismo infierno y eso era lo que a su madre más perturbaba. Si, ella era así "extraña" y lo sabía perfectamente.
_ ¡Mayra, baja! ¡Carajo! - Cantaba su pacífica, tierna y adorable madre desde su habitación. No sabía si llamarlo de esa manera, pues era el único sitio donde se hallaba la sala, la cocina, el armario, el televisor, su cama, incluyendo los costales de prendas y edredones.
_ No, estoy ocupada.
_ ¿Qué haces tanto arriba? ¿Estarás limpiando? - Cada vez que su madre le preguntaba eso, ella respondía con un "¡Estoy escribiendo en la red!" y al parecer no le hacía caso alguno, y si su madre no le prestaba atención, ella tampoco lo haría. Así de fácil. - ¡No respóndes, ah, claro, seguro dirá, que se canse de hablar esa vieja!
Ella nunca dijo eso, pero, siempre la recuerdan como si ella lo dijera, pues su hermana la acusó con esa frase diciendo que Mayra lo había dicho, sin embargo, no era cierto.
_ Yo nunca dije eso. - Habló entre murmullos.
_ ¡Ya no te voy a llamar! ¡Pobre que sangre tu nariz, por tanto calor! ¡Ni bajes!
De igual manera no lo haría, su vida estaba aquí. Temía que su amor y pasión al redactarlo desvanezca. Y que sus ideas para el drama, que está fresco en su mente se fuera. Es principiante en escribir y publicar sus propias historias en una red social, así que no espera mucho de ella misma.
Conectó el cargador del ordenador y revisó la historia reciente. Sin embargo algo le interrumpió, un fuerte, pero agudo dolor de cabeza se aproximó repentinamente, como todo el dinero que desaparece en sus manos. La cabeza le daba vueltas, un punzón fuerte acarició su cerebro derecho, y fue entonces cuando el líquido rojo resbalaba desde el interior de su nariz, acercó el dedo índice, observando su propia sangre. En ese momento entendió aquella frase: "Una madre siempre tiene la razón"._ Hay no. ~~¡Mamá!~~ - El débil sonido de su voz, era inútil. Nadie la podía oír.
Sin querer hacerlo pequeñas gotas de sangre saltaron sobre el organizador. Ahora no es el mejor momento para bajar y llorar como una nenita, dijo, pues su orgullo era más fuerte y no pensaba abandonar su hogar. Tomó un paño de papel toalla, se cubrió y con otro pedazo, limpió las diminutas gotas de sangre que había derramado. Decidió seguir revisando el historial de capítulos, sin importar lo que suceda.
"¿Qué? ¿y estos capítulos?¿De dónde ratas salió el estos tres episodios?" Se extrañaba mucho de que haya avanzado tales capítulos, Mayra no se acuerda de ello a pesar de que trate. Abrió el archivo del episodio 11. Leía a cada detalle de la narración que supuestamente ella misma había escrito. No obstante, un par de palabras la tomó desprevenida.
_ Yo no escribí eso. Se supone que Mariana tenía que desalojarla. ¿Porqué se cambio la historia? Trató de corregirlo, sin embargo, era imposible.
_ ¡No puedo! ¿Qué pasa?
No le importó y continuo la lectura hasta llegar al capítulo 13. No obstante, no pudo leer el tal capítulo 15 que aún seguía en borrador.
_ Entonces, Jacqueline se queda como mucama. Interesante...
A ella no se le hubiera ocurrido esa cosa por la mente. Ni lo pensaba. Solo quería hacer la vida imposible a Jacqueline, eso es lo que quería.
_ Parece que es algo raro que se modifique la narración. Pero, me gusta esta nueva idea. Ok, hay que seguirla.
Mientras escribía, su madre la llamó otra vez, pero esta llamada no era para que bajara a librarse de las garras del calor, si no para anunciar que su hermano "Ángel" venía a visitarlas por unos cuantos días.
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Afortunada, entre dos mundos.
Roman pour AdolescentsUna joven, divertida ("aunque no lo demuestre") y valiente estudiante de 18 años. Llamada Jacqueline, tiene que luchar... no con monstruos o villanos, si no con la cruda realidad de su vida y persistir arduamente para ella misma. Por otro lado, Mayr...