Capítulo 28: En el hospital.

15 1 4
                                    

Años atrás (mismo día en la que Mayra y Naysa terminan la amistad).

Culminando las clases, Ángel sus amigos y sus dos hermanas, iban en trayecto a sus diferentes casas. Todo había sido como siempre. Sin embargo, Ángel se percató detalladamente el comportamiento raro de Mayra, se veía triste, sin ningún gesto en el rostro y eso lo tenía preocupado.

Poco a poco "Los malditos de Huaraz" iban desintegrándose. Quedando solo el trío de hermanos, quienes no cruzaban ni miradas y ni mucho menos palabras.

_ ¿Ángel? - Sayda rompió el hielo.

_ Dime.

_ ¿Mi madre vendrá tarde?

_ Si ¿A qué viene esa pregunta?

_ AH... Pues, pensé si podrías dejarme ir a la casa de una amiga.

_ ¿Para qué?

_ Hoy es su cumpleaños y no pienso faltar a su fiesta. - Lo miró de manera decidida.

_ Tendrás que pensarlo querida hermana, porque tampoco pienso en dejarte ir y ni mucho menos sin el permiso de nuestra madre.

_ Por favor, solo esta fiesta y nunca más te pediré nada en toda mi vida. - rogó la típica frase de todos los niños, juntando las manos.

_ Nunca. No y punto.

A decir verdad Mayra, no podía negar de que también quería ir y divertirse, dejar el mal rato a un lado, sin embargo, también era orgullosa con sigo misma, además, sabía muy bien que no la dejarían ir.

_ ¡HA! No vale la pena hablar contigo, no hay forma de hacerte cambiar de opinión.

_ Exacto.

Se cruzó de brazos enfadada y siguio su camino.

_ El nerd aguafiestas que tiene una pandilla a "la cual" no encaja y la pequeña solitaria "el cual" todo el mundo ignora. Que trío de hermanos.

_ Ha, y debo saber también que tu eres la chica perfecta al que tooooda... la "Institución" quiere y es el ejemplo a seguir de los alumnos.

_ Exacto, por eso arruinan mi reputación como estudiante ejemplar.

_ Aveces no logro entenderte, sin embargo, Mayra y yo solo sabemos que eres arrogante, convenida, descarada y ¡presumida!

_ ¿Y debo suponer que eso, me afecte?

_ No, porque estarías finguendo.

Llegaron a casa, Ángel abrió la puerta, detrás de él estaba Mayra sin hacer gesto alguno. Por otro lado, Sayda los apartó a un lado para ingresar e irse a su recámara.

Mayra dejó caerse en el pequeño sofá y soltó un fuerte suspiro, de tal manera que llamó la atención de Ángel y él no podía dejarla sola.

_ ¿Pasa algo? ¿Quieres contarmelo?

Negó con la cabeza.

_ ¿Entonces? - Se sentó a su lado. - ¿Por qué ese estado?

_ Nada.

_ Pero, no hay agua. Okey, fue un chiste bastante malo. - Rió por debajo, sacando una sonrisa a su hermana.

_ Estoy bien, de verdad.

_ No mientas, si sucede algo yo puedo apoyarte, puedes confiar en mi. Lo prometo.

_ ¿Con el corazón?

_ Si, con el corazón. - Entrelazaron ambos meñiques y cerraron con el dedo pulgar.

_ Bueno, yo... m-mira. - Sacó de su mochila rosa de Monster High, la hoja de papel en la que había dibujado ayer en la noche.

Afortunada, entre dos mundos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora