Caminabamos por el pasillo, faltaba poco para que terminara el receso. Pude sentir las manos trópicales y aplacibles de Daniel en las mías.
_ ¿A dónde me llevas?
_ Adónde más... a la enfermería, no puedo dejarte con el labio roto. Quiero que perdones a Morelia por su comportamiento. Es un poco impulsiva.
"¡¿Un poco?! Casi me saca el ojo de un golpe, y eso es un ¿poco?".
_ No lo había sentido - Mentí, asomando con delicadeza el dedo corazón de la mano izquierda a la zona afectada. - ¡Aauuu!
_ No te lo toques o lograrás que se infecte. - decía sin fijar su mirada en mí, agradecí que lo hiciera, ya que, aquella mirada hacía que ponga mis pelos de punta.
Entramos a la sala de enfermería que se hallaba en la planta baja del salón.
_ ¿hola? - dijo Daniel asomando su cabeza entre la puerta. - Al parecer no hay nadie.
_ ¡Listo! no se encuentra la enfermera, ahora, vámonos.
Pero, mis palabras no fueron suficientes para Daniel, quién no dudó en entrar a la enfermería, como si nada.
_ No, que haces. Vámonos, tenemos que regresar al aula. Si nos encuentran...
_ Si nos encuentran le diremos simplemente la verdad, que no se hallaba la enfermera. No te pongas nerviosa no hacemos nada malo. - Me interrumpió.
"Como que nada malo, entrar a la enfermería sin autorización, ¿no es nada malo?"
Entré cuidadosamente de puntillas, como aquella vez que estaba en el dichoso orfanato.
Recuerdo que fuí al comedor para cenar un pan y un vaso de leche, ya que me habían castigado. ¿La razón? la razón fue porque le deje el ojo morado a un compañero que me molestaba por lo diferente que era, por lo diferente que soy.
_ Ven, acercate, no voy a comerte. - bromeó, me asuste un poco en como lo dijo.
_ ¿Estás seguro que, no nos regañarán? Siento que estoy cometiendo un crimen. - Decía mientras me acercaba a una banca.
_ No te preocupes acabaré rápido, nadie se dara cuenta, iré por un poco de agua y medicina.
Comenzó su busqueda por la bendita medicina.
_ Tendré que llevar unas cuantas curitas a Morelia.
_ hujumm... - dije con la boca cerrada y asintíendo con la cabeza, estaba demaciado nerviosa como para pronunciar una sola palabra, aunque no sé de dónde saqué las fuerzas para decir... - Lo siento.
_ ¿Por qué dices eso?
_ Porque fuí yo quién la provocó, debí haber cerrado la boca.
_ No te culpes. No es única vez que Morelia hace eso. Al principio me callaba, pero, ya no lo soporto.
_ Morelia, es tu novia. ¿No es así?
Agachó la mirada.
"¡Genial Jaqueline! lograste incomodar al muchacho. ¡BRAVO! ¡¿Por qué preguntas, si ya lo sabes?!"
Quería estar del 100% segura que Daniel, estaba con Morelia. Tan solo pensar su nombre, me hierve la sangre.
_ Raro, ¿Verdad?
_ Si.
_ Al pricipio fue maravilloso estar con ella, de alguna o otra manera ella me hacia feliz. Pero, al pasar el tiempo, me dí cuenta de que era la equivocada, no siento amor por ella. Es solo un gusto que ya se fue desgastando y enfríando.
_ No tenía idea.
Se hacercó con un poco de algodón, alcohol y unas cuantas curitas (para las heridas de mi brazo).
_ Esto te dolera un poco así que no te muebas. - se acerco y delicamente comenzó a limpiar, a desinfectar mis heridas, (enrealidad eran rasguños) hasta que llegó a la zona más impactada por los golpes, mi labio inferior.
_ ¡ha! No, hardé. - me estremecí del dolor.
_ te dije que dolerá un poquito. Lo haré con más delicadeza.
"¿Un poquito?... idiota, acaso no me entiendes que me duele mucho"
_ Yo lo haré, no te preocupes.
_ ok, como tu quieras.
Me puso las curitas, salimos de la enfermería y nos fuímos al salón.
Definitibamente era tarde, "seguro el profesor nos regañará", toque la puerta con tímidez. "De esta no salgo... Save me, plis save me"
Parese que él profesor no llegó a escuchar, así que Daniel sin pensarlo dos veces tomo el manubrio y habrió la puerta.
_ ¡No! Daniel que haces...
_ Jacqueline, pasa no se encuentra el profesor
_ Co-como estas tan seguro ¿he?
_ haaa, dime tú... ¿es normal que se escuchen gritos y desorden en el aula cuando se encuentra el profesor?
_ Buen punto.
_ Cálmate y pasa
Acomodé bien mis cabellos desordenados y estilicé mi ropa. Entré detrás de Daniel, como siempre, la sombra de la gente con la cabeza agachada.
Derrepente, no se como pasó, una pelota de fútbol calló en mi cabeza, lo cual causo la risa de todos mis compañeros de aula. Juro que quería agarrar al desgraciado y arrojarlo por la ventana... Pero no, lo único que hice fue levantar otra vez mi rostro poco a poco, logrando que los chicos se callaran y se dirigieran a mi.
"¿que pasa?"
Todos, me rodearon y comenzaban apreguntar, como: ¿Te encuentras bien?¿Qué hacias con Daniel?¿tienes novio? ¿que te paso en ellabio, tan fuerte te callo?, ¿por que esas curitas?, ¿donde vives?, ¿tienes facebook?, ¿tienes número de celular?, ¿eres nueva aquí?Lo que más me sorprendio fue la última pregunta. Tan imbisible era.
_ mmm, muchas preguntas. - lo único que queria era sentarme en mi lugar, pero, se estaba haciendo una odicea.
Entre la multitud, veo que una chica sale a mi rescate.
_ oygan, manada de lobos, largense y dejen pasar a la señorita... - hizo una pausa y se acerco a mi susurrandome al oido un - ¿como te llamas?
Me causo gracia su forma de decirlo, era simpática.
_ Jaqueline, me llamo Jaqueline. - dije con una leve sonriza.
_ dejen pasar a la señorita Jaqueline, no entienden que la incomodan.
Gracias a ella pude pasar sin ningún inconveniente, presiento que esta no será la única vez que haga eso.
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Afortunada, entre dos mundos.
Teen FictionUna joven, divertida ("aunque no lo demuestre") y valiente estudiante de 18 años. Llamada Jacqueline, tiene que luchar... no con monstruos o villanos, si no con la cruda realidad de su vida y persistir arduamente para ella misma. Por otro lado, Mayr...