Capítulo 13: Sueño inconsciente.

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En la mañana siguiente (2 días antes de las 3 semanas transcurridas)...

Me había quedado dormida estudiando, sin darme cuenta de que había derramado gran parte de saliva en mi hoja de ejercicios.

_ ¡No, por que me quede dormida! ¡Es tarde! - decía mientras guardaba mis cosas en mi mochila.

Me cambié lo más rápido que pude y despistadamente miré en dirección a mi horario...

Levemente giré mi cabeza pensando en voz alta.

_ Un momento, ayer me tocó álgebra, trigonometría y química. Entonces... - Volví a mirar el horario. -  ¡hashhh! hoy es sábado.

Me tiré en el piso frío soltando en ese mismo instante un gran suspiro.

Mi situación económica estaba empeorando. No tenía dinero, ni para comer. Con lo poco que me dan mensualmente, no bastaba.
Tengo que pagar el alquiler del departamento, mis estudios, la comida y hacer magia para mis cosas personales.

"¡Voy a terminar ahorcándome!"

Entré a mi habitación, saque la ropa más vieja que tenía en mi armario para usarla. Salí de ahí, tomé la canasta de ropa sucia y comencé a lavarla a mano.
Sostuve unas tinas, detergente en polvo, jabón y lejía. Llené las tinas de agua, dividí las prendas según su categoría, un lado los de colores, otro los de color blanco y otro los oscuros. Tomé la tabla de lavar y la escobilla, poco a poco sobé cada prenda con el objeto.
Dentro de un rato, mis brazos, como también mi cintura y piernas me empezaban a doler, seguro dentro de un tiempo me quedaré paralítica. Cuando terminé de enjuagar cada prenda, tuve que hacer la parte más dolorosa y difícil, "¡Escurrir!" habían prendas que más me facilitaban el proceso, pero otras, eran pesadas y muy difíciles. Al final del sufrimiento llegó la calma, las colgué en el tendedero.
Cuando terminé, guarde el agua sucia en baldes y las tapé muy bien. ¿Para qué? es muy necesaria como para trapear el piso, y usarla en el inodoro. Además, lo hago por dos cosas esenciales.

* Cuidar el agua.
* No tener que pagar más de la cuenta en el recibo.

Me tiré en el piso totalmente agotada, los minutos pasaban lentos. La preocupación hasta me quitaba las ganas de comer.

_ Mejor voy a estudiar.

"Estudiar" esa palabra de ocho letras era la cómplice perfecta para despejarme un rato y dejar de preocuparme de todo.

Me levanté del suelo, fui a mi pieza y poco a poco retiraba los libros de la mochila. De repente me percaté de una pequeña hoja de papel que cayó al piso.

_ ¿Y esto? - Lo recogí.

Miré lo que tenía escrito y era el número de teléfono del señor Emilio.

_ ¡Verdad!

Ya pasó un montón de tiempo, alrededor de casi tres semanas. Pero, dudaba en algo, algo que me inquietaba...

"No esta nada mal la propuesta."
Como que nada mal, si me explotan o me venden como dama de compañía, prefiero estar en la calle, tengo un mal presagio.
"Piénsalo, tendrías todas las comodidades que siempre has deseado, pagarás todas tus deudas".
Lo sé, pero dudo en algo.
"Además, estarás cerca Daniel. Toma en cuenta que es su nieto".
Eso no me importa, ahora.
"uh, si que te importa".
¡Cállate! Consciencia.
"¡¡¡¡Porque te gustaaaa!!!!"
¿Me gusta?

Decir esas dos palabras, hizo que sintiera un hormigueo en todo el cuerpo.

"Lama al Sr. Emilio. Acepta la propuesta de servicio"
No.
"Inténtalo y no te arrepentirás"

Inesperadamente agarré mi celular y marqué al número que el abuelo de Daniel me había escrito en esa hoja de papel.

_ ¿Diga?¿Familia Hamilton? - Contestó decentemente una señora, seguro la empleada de hogar.

Estaba empezando a arrepentirme, mordí mi labio inferior y serré los ojos fuertemente.

_ Disculpe ¿Se encuentra el señor Emilio Hamilton?

_ ¿Departe de quién?

_ Departe de... - Piénsalo bien. Mis manos empezaban a estar húmedas por el nerviosismo ¡Cuelga! - Jacqueline, el señor Emilio me dijo que llamara a este número en caso de querer solicitar empleo.

_ En este momento el señor no se encuentra. Pero, puedo avisarle que llamó.

_ Muchas gra...

Colgó antes de que terminara de hablar.

_ Ya está, le llamaste y no estaba. Así que tienes un poco más de tiempo para pensarlo otra vez. Pero, que pensar, me pagaran bien, mucho mejor que otro lugar, además, viviré bajo el mismo techo que Daniel. ¡Es una locura!

Corrí a mi cama y me di almohadazos en la cabeza, luego logre calmarme, hasta que de pronto me agarró otro ataque de locura.

Horas después...

No me había dado cuenta de que tanto enloquecerme de dudas, me había quedado dormida en la orilla de mi cama, con la boca abierta y derramando saliva bajo de las sábanas. No me hubiera dado cuenta, si no fuera por el timbre de mi celular, que reproducía la música de FIRE de BTS. Asiéndome saltar del susto y caer de espalda al suelo.

_ ¿Si, diga? - hablé bostezando y con los ojos entre serrados

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_ ¿Si, diga? - hablé bostezando y con los ojos entre serrados.

_ ¿Jacqueline? Soy Emilio.

_ Ha ¿Señor que se le ofrece? -

_ Mi sirvienta me avisó de que usted me llamó. Dime, ¿Aceptas el puesto?

_ Yo... - Me rasqué el cuello y bostecé, aún somnolienta. - Si, si...

_ De acuerdo ¿Le parece si mañana nos vemos en el paradero de la A.V central a las 2:00 Pm?

_ Si, si...

_ Perfecto, nos vemos entonces y continúe durmiendo.

Colgó. Apagué mi celular y volví a la cama, aún tenía sueño. Pero, regresé a la vida después de enterarme de que inconscientemente somnolienta había respondido por teléfono al abuelo de Daniel.

_ ¡Dios mío! que acabo de hacer, ¡oh Dios! ¡que hago! ¡¿ahora que hago?!

Afortunada, entre dos mundos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora