Cambiando de ciudad

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Capítulo 1.


Hola, me llamo Em, bueno, Emily para mis padres cuando se enfadan y profesores, pero mis amigos me llaman Em, tengo ocho años y vivo en Manhattan. En mi familia solo somos tres: mamá, papá y yo y somos muy felices así, no quiero ningún hermanito, mis papis son solo míos, aunque papá ya no vivía con nosotras. Mamá me dijo el pasado mes que se tenía que mudar por motivos trabajorales o algo así -sé que eran motivos de trabajo y terminaba en -rales, pero obviamente esa no es la palabra, no me culpen, tengo ocho años- y que no viviría con nosotras durante un tiempo, pero nos íbamos a ir con él a Los Ángeles, la idea no me parecía bien ya que perdería el contacto con mis amigas y no podría verlas nunca jamás de los jamases, pero no podía oponerme a ello, era mi padre y tenía que estar con él también.

-Em ¿Has hecho tus maletas? -Me dice mamá desde su habitación.

Ella siempre me las hacía porque decía que aún era pequeña para hacerlas yo misma, pero me revelé y le aposté una bolsa de palomitas a que podría hacerlas yo sola sin su ayuda... y como no, perdí esa bolsa de palomitas, cuando se las comió me las pasaba delante de los ojos y a mí se me caía la baba de solo pensar en el sabor de esas palomitas.

[...]

Estamos de camino al aeropuerto y mamá y yo cantamos las canciones que ponen en la radio. Cuando llegamos nos toca esperar dos horas y media, pero al final podemos volar a Los Ángeles.

[...]

Justo nos bajamos del avión y allí está papá esperándonos con el móvil en la mano, estaría hablando con su jefe o algo parecido, alguien superior a él, yo solté la mano de mamá y fui corriendo hacia él, le llené la cara de besos, aunque pinchaba un poco.

-¡Papi! ¡Cómo has cambiado! ¿Por qué estás tan bajito? -Él solo ríe ante mi pregunta y guarda su móvil para cogerme bien en brazos ya que me podría haber caído cuando salté sobre él.

-Eso es porque tú has crecido, princesa. -Sonrío. Sus ojos viajan de los míos hasta los de mamá y fue hacia ella conmigo en brazos aún. -Hola cielo. -Ellos se están besando como si nunca lo hubieran hecho o como si llevaran miles de años sin hacerlo.

-Ugh, estoy delante. -Ellos se ríen ante mi reacción, pero no entiendo por qué, no me gusta verles tan cariñosos, nunca lo habían hecho delante de mí y hoy era la primera vez. Papá me baja al suelo y se abrazan, yo hago un puchero fingido. - Yo también quería un abrazo familiar... -Digo y miro hacia el suelo, mamá me coge en brazos y abraza a papá quedando yo en medio de los dos. Nos separamos del abrazo y papá comienza a hablar.

-Vayamos a la casa que me dieron en el trabajo. -Me mira. -Obviamente tiene habitación para ti, Em. -Se anticipó a mis palabras, yo aplaudo ilusionada, no sabía si tendría habitación propia y me alegra saber que la tengo, como en el apartamento en el que vivíamos antes.

-Vale. -Decimos mamá y yo a la vez.

Comenzamos a andar hacia el garaje, allí estaba el coche de la empresa de papá, era negro, pero no se la marca, yo no controlo sobre marcas de coches, ni sobre fútbol, ni nada que tenga que ver con cosas de chicos, a mí solo me gusta jugar con mis amigas con muñecas y hablar con ellas de ropa y chicos, lo último no lo saben mis padres, ellos siguen pensando que soy pequeña pero no es así. Papá me abre la puerta trasera del coche para que pase dentro.

-Pase usted princesa. -Dice haciendo una especie de reverencia, yo me río, paso dentro y cuando me siento me pone el cinturón. Después de eso cierra la puerta y se monta en el coche, mamá ya se había montado a la vez que yo. Arranca y nos ponemos en marcha.

[...]

Han pasado diez minutos y hemos pasado por un montón de calles, unas anchas, otras estrechas y hemos visto un montón de coches, doscientos cincuenta y seis -más o menos- ese fue mi entretenimiento en estos diez minutos. Cuando llegamos a un vecindario con casas de colores poso las manos en la ventanilla del coche, realmente me llaman la atención estas casas, son bonitas y justo nos paramos en frente de la casa de mi color favorito, el violeta.

-Ya estamos en casa. -Dice papá y nos bajamos del coche. - ¿Quieres abrir tú la casa Brooke? -Dice papá a mamá.

-Claro, Nick. -Papá lanza as llaves a mamá para que abriera, ella las coge al vuelo y yo la aplaudo.

Mamá mete la llave en la cerradura y abre la puerta dejando ver un pequeño pasillo y unas escaleras que van al piso de arriba, entramos para ver la casa, ni siquiera papá la ha visto. Si mirabas a la izquierda en el mismo pasillo hay una puerta, esta puerta va al salón, la pared es blanca, hay dos sofás y un sillón negros de cuero, entre ellos hay una pequeña mesa de centro con las patas negras y un cristal, hay un mueble que sostiene una televisión gigantesca, podré ver mis dibujos favoritos en grande y eso me encanta, el salón estaba comunicado con la cocina, la cual también era blanca, era como una cocina normal, como las de todas o casi todas las casas que había visto, las de mis amigas y la mía anterior son así, con una mesa en el centro para comer ahí.

La casa tiene muchas habitaciones, ¡Mi habitación es morada! Parece que me leyeran el pensamiento pero justo cuando entre en ese cuarto empezó a hacer frío de repente, como si hubiera una corriente solo en mi cuarto, es extraño pero me da igual, las paredes son moradas y eso es lo que me importa, en el suelo hay una moqueta de color rosa, a la derecha está mi cama, tiene una colcha azul claro que llega por el suelo tapando lo que hay debajo de mi cama, al lado hay una mesita de noche marrón claro y una lámpara demasiado infantil para mí, era de Winnie the pooh le diré a mamá que la quite cuando sea, aunque... ese oso me parece muy bonito y puede que me acostumbre a ella. A la izquierda hay un escritorio vacío y una silla de ruedas azul oscuro y al lado hay un baúl con juguetes dentro, me gusta mi nuevo cuarto, es bonito y hay un montón de cosas para jugar y un montón de espacio libre.

Salgo de mi cuarto y ya no siento esa sensación de frío, me resulta extraño que solo en mi cuarto haga frío.

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Em en la biblioteca. De verdad, espero que os guste esta novela.

Esiz.

Mi mejor amigo vive debajo de mi cama [M.M.A.V.D.M.C.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora