Capítulo 32.
Ya han pasado dos meses desde que se llevaron a Fred al campo de batalla y no nos ha mandado absolutamente nada, ni una carta, ni un mensaje a través de un mensajero, nada. Nosotros hemos ido alguna vez a preguntar por el en el cuartel de la ciudad pero lo único que nos dicen es que no pueden darnos información, que volvamos a casa para estar seguros.
En estos dos meses, Josh y yo hemos trabajado duro con mis poderes, antes nuestro entrenamiento era como un juego, nada comparado con lo que hacemos ahora, si antes era una hora de entrenamiento ahora son tres y mucho más intensivas, nada de chistes ni conversaciones para perder el tiempo.
La ida de Fred le ha afectado bastante y la verdad, a mi también, yo veía a Fred como una figura paterna dentro de este mundo y ahora que no está con nosotros en casa echo de menos a mis padres y a él. No me juzguéis, esto no quiere decir que no echara de menos a mis padres antes, pero ahora mucho más.
-Em, ven. -Habla Josh desde la cocina y hace que me levante del sofá.
-¿Qué pasa? -Digo entrando por la puerta de esta, encontrándome a Josh apoyado en la encimera.
-Solo quería compañía. ¿Sabes? Desde que Fred se marchó echo en falta muchas cosas: nuestras conversaciones, nuestras bromas, nuestras tardes jugando... -Cierra los ojos y suspira. -Espero que vuelva sano y salvo.
-Ya verás que si. -Me acerco y le doy una palmadita en el hombro. -Va a venir como si no hubiera pasado nada.
-Em, -Abre los ojos y me mira. - a parte de que pueden pasar años sin verle, tenemos que entrenar tus poderes. Tienes que ayudarle. -Suspiro.
-Se que tengo que ayudarle, pero me estás exprimiendo mucho, no tengo las fuerzas necesarias para otras tres horas de entrenamiento.
-En la guerra no van a ser solo tres horas las que estés luchando y ayudando a Fred, lo sabes, ¿No?
-Claro que lo se, pero como tu bien has dicho pueden pasar años y años hasta que esa guerra termine.
-Años y años que en tu mundo va a ser como máximo una semana. Te recuerdo que una semana allí son ciento diez años aquí.
-Con dos meses. -Le completo, en estos días hemos estado haciendo cuentas de cuanto tiempo puedo estar aquí.
-Exacto, y por eso, cuanto más entrenes menos tiempo vas a tener que estar aquí dentro.
-Lo se, pero... ¿Y si muero en esa guerra? Nunca antes te lo había preguntado.
-Si mueres vuelves a tu mundo, no puedes morir en este mundo si no has muerto en la vida real.
-¿Estás seguro? -Asiente.
-Ha habido otros salvadores antes que tu, algunos de ellos "murieron" en la batalla. Lo único que pasa es que no podrás volver a este mundo mientras estés viva en tu mundo, no podrás volver al mundo de los muertos, no hasta que te mueras en La Tierra.
-Eso es muy duro, al menos lo sería para mi porque me gusta este mundo...
-Pues por eso tienes que entrenar tus poderes, para no morir en batalla.
-¡Qué pesado! ¿Y vosotros cuánto tiempo vivís en este mundo?
-Vivimos bastante tiempo, por eso las guerras no nos extrañan que duren tanto tiempo. Come algo.
Josh se aparta y se va por la puerta de la cocina, detrás de él estuvo escondido un plato con dos trozos de pan y un filete gigantesco solo para mi, supongo que para recuperar las fuerzas para seguir entrenando. Cojo el plato y me lo llevo a la mesa del comedor, donde, por sorpresa, no se encuentra Josh por lo que opto a llamarlo.
-Josh, ¿Dónde estás? -Espero un momento por su respuesta pero no la recibo. -¿Josh dónde estás?
Vuelvo a llamarlo pero tampoco hay respuesta por su parte así que me dispongo a buscarlo. Empiezo por su habitación, o sea, la nuestra, pero no hay nadie, sigo por la habitación de Fred pero tampoco hay nadie, voy a los baños y no hay rastro de Josh por ningún lado. Paso al salón y me acuerdo de como Fred sacó el libro más gordo de la estantería y dejó paso a la habitación de juegos.
Me acerco y saco levemente el libro lo que produce que la estantería deje hueco para poder pasar. Bajo las escaleras y escucho un sollozo leve al final de estas. Bajo lo más rápido que puedo y al bajar por completo veo la figura de Josh sentada en el sofá delante de la televisión. Está hecho bola con las manos delante de la cara, llorando.
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Mi mejor amigo vive debajo de mi cama [M.M.A.V.D.M.C.]
ParanormalA todo el mundo le parece normal tener amigos imaginarios cuando eres una pequeña porque piensan que a medida que vas creciendo estos amigos desaparecen pero no siempre es así, no conmigo. A medida que el tiempo pasa, a demás de ver a esas personas...