Fin de la guerra

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Capítulo 46.

Ellos dos suben y cuando están arriba me miran y me incitan a subir y así lo hago, subo a la tierra de nadie desde la trinchera. Desde allí puedo ver la trinchera enemiga, solo hay unos veinte metros por recorrer desde una trinchera hacia otra, sería fácil pasar de una hacia otra, lo que lo hace difícil son los soldados que hay en la otra trinchera y los alambres de espino que hay en la otra trinchera. 

Estando colocados se escucha un hombre gritar desde la trinchera enemiga:

-¡Fuego! 

Si, los hombres de ambas trincheras salen a la tierra de nadie, pero no solo salen soldados, también salen dragones, de la nuestra sale el dragón que vimos hace un rato cuando nos estábamos preparando creando un gran manto de fuego sobre nosotros al estar luchando entre ellos. 

Los mellizos y yo nos miramos y empezamos a hacer lo que podemos con nuestra magia. Cuando los soldados empiezan a disparar Alem y yo provocamos un ataque de bolas de agua electrificadas, llamamos así a las bolas que cuando explotan sueltan rayos. 

Esto hace que varios soldados caigan al suelo fulminados y expulsando humo por todo su cuerpo.

Por fin Josh a podido ver este ataque.

Mientras tanto Aria va soltando diferentes hechizos de magia negra agresiva, al ser magos negros también han aprendido a como hacer magia para dañar a otras personas. Al ver esto, nuestro general queda boquiabierto, al descubrir que los mellizos son magos negros pero está satisfecho al ver que los soldados del general Truppet van cayendo poco a poco pero sigue habiendo muchísimos soldados que salen uno tras otro. Los soldados de nuestra trinchera nos ayudan a acabar con los soldados de Truppet. 

[...]

Han pasado varias horas desde que estamos aquí arriba luchando y la verdad es que estamos muy cansados, Alem ha cambiado la varita unas cuantas veces ya porque se le ha quedado sin magia en las otras, Aria ha hecho lo mismo menos veces, sus varitas tienen más capacidad mágica que las de Alem. 

En la tierra de nadie hay un montón de soldados caídos, más del bando de Truppet que del nuestro, cuentan con nosotros y somos una gran ventaja sin duda. Hemos utilizado la curación masiva con nuestros hombres muchas veces pero ha habido muchos golpes mortales por parte de Truppet y lamentablemente no hemos podido curarlos.
La tropa de Truppet ha disminuido y a penas quedan doscientos hombres.
-Tengo una idea. -Le digo a los mellizos. -Ahora mismo vuelvo.
Bajo a las trincheras y voy corriendo hacia el cuartel para hablar con el general.
-General, ordene la retirada de nuestra tropa.
-¿Cómo? ¿Pero qué estás diciendo? Emily.
-He tenido una idea, quiero que esos hombres que quedan se confíen y vengan hacia nosotros lo más cerca posible al ver que no salen nuestros hombres, pero los mellizos y yo estaremos allí haciendo lo nuestro.
-No lo entiendo.
-Hágame caso, tiene que encerrar a todos los hombres en el cuartel y dejar todas las ventanas cerradas. Lo que vamos a hacer es muy peligroso y letal.
-Está bien, te haré caso.
El general empieza a hablar por un micrófono el cual va a unos pinganillos que tienen nuestros hombres puestos y ordena la retirada.
Voy corriendo -otra vez- hacia la trinchera y mientras que nuestros hombres bajan yo subo y me vuelvo a reunir con los gemelos.
-Alem, tenemos que hacer las microllamas.
Nosotros tres nos ponemos unas mascarillas invisibles que teníamos desde siempre colgadas al cuello las cuales fueron preparadas antes. Alem pronuncia las palabras que hacen que nuestro "hechizo" -por llamarlo de alguna manera- funcione, yo creo fuego en mis manos y junto a esas palabras miles de pequeñas motas de fuego aparecen en el aire y nosotros las conducimos hacia el cuartel enemigo arrasando primero con los hombres que están en la tierra de nadie.
-¡Vámonos! -Les digo a los gemelos.
Los tres bajamos a la trinchera y ahora está vacía, desierta, como si no hubiera habido nadie ahí antes.
Corremos hacia el cuartel y cuando llegamos nos aseguramos de que las motas no han llegado hacia allí, que no ha habido ninguna extraviada y pasamos rápidamente dentro y cerramos la puerta detrás de nosotros para que no se cuele nada, ninguna mota de nuestro "hechizo".
Todo el mundo nos aplaude y Josh, Fred y el general nos esperan en la entrada, delante de toda esa multitud de hombres.

-Soldados, -Dice en alto el general para que todo el mundo lo escuche. -la guerra ha terminado gracias a todos vosotros, los soldados que han caído en el campo de batalla y estos chicos que no tenían nada que ver en la guerra. ¡Los Azules hemos ganado!
Un gran aplauso se vuelve a escuchar de parte de todos los soldados.

-Nuestro ataque ha sido letal pero no estoy segura de que la guerra se haya acabado, pueden haber más soldados dentro de su cuartel y las microllamas a lo mejor no han entrado. No hay que confiarse. -Digo para mi mientras sonrío débilmente delante de toda aquella gente.  

Mi mejor amigo vive debajo de mi cama [M.M.A.V.D.M.C.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora