Mi mejor amigo vive debajo de mi cama [M.M.A.V.D.M.C.]

Cincuenta años después.

Capítulo 36.

Los años pasan uno tras otro, ya son cincuenta años, cincuenta años que llevo aquí dentro. 

¿Qué has hecho en todo este tiempo? 

¿Estás vieja?

Os preguntaréis, y lo que he hecho ha sido más que nada: Entrenar. Alem, Josh y yo hemos estado entrenando juntos bien duro para poder acudir a la guerra lo antes posible. Yo tengo todos mis poderes controlados, bueno, casi todos, aunque los llevo muy bien. 

Josh dijo que no creía que obtuviera más poderes pero no fue así, aparecieron dos poderes más: Aerokinesis y Telekinesis. 

Ahora puedo controlar el aire y todos los objetos de mi alrededor. Con el aire lo he llegado a utilizar para transportarme sobre la ciudad y puedo crear vientos y tornados de la nada. Con la telekinesis la verdad es que no puedo hacer mucho aunque si que hay veces que lo he utilizado para que Alem mueva el culo del sofá y se ponga a hacer algo de la casa. 

Lo creáis o no, es un vago. 

Lo segundo: No, no estoy vieja; mi cuerpo se mantiene como siempre. 

Ahora mismo Josh está en la sala de entrenamiento de Fred -del cual aún no hay noticias-, entrenando con sus espadas, dagas, cuchillos, pistolas extrañas sin gatillo, etc. creo que esas pistolas tienen un panel táctil donde debería estar el gatillo y así es como funcionan, a parte tienen el seguro de una pistola normal para que no vaya el panel táctil. 

Alem está en su sala de entrenamiento personal -la cual es el cuarto de Fred, no se por qué Josh dejó que la utilizara como sala de entrenamientos de magia negra-, ha reconvertido la habitación totalmente: ahora la habitación está cubierta de varitas mágicas, pociones, libros de hechizos, atriles para esos libros, alfombras, bolas de cristal y todas esas cosas que utilizan los magos.

Alem es un tipo bastante bueno pero nos contó que en el Reino de los Magos -uno de los reinos del mundo de los muertos donde habitan todos los magos y hechiceros- cuando un nuevo bebé nace se le lleva a la plaza central donde hay una especie de máquina donde se mete al bebé.

Ese bebé tiene unas características pertenecientes a los diferentes tipos de mago: Rojo, Azul, Verde, y Negro. 

Los magos negros son perseguidos desde su adolescencia, cuando empiezan a desarrollar la magia para que no hagan mal a nadie, los otros magos encadenan a los magos negros para absorber toda su magia y convertirla en magia blanca para que los otros magos puedan utilizarla, después de eso, los magos negros mueren por falta de energía mágica; es por eso que Alem vino tocando puertas hasta dar con la nuestra, la cual por desesperación tiró abajo.

Como podéis intuir, el mago negro es el peor que puede haber, pero hay veces que los magos negros no resultan ser malos, hay veces que da la casualidad de que los magos negros, aunque utilicen su magia negra, la utilizan para fines buenos, aunque he de decir que este mago negro que nos ha tocado es muy vago. 

Yo ahora mismo estoy en mi cuarto, alias el cuarto de Josh -cincuenta años aquí y aún no tengo cuarto propio, increíble- haciendo tonterías con mis poderes, más bien jugando con una bola de agua, sin duda el agua es el poder que más me gusta pero obviamente no puedo olvidar los otros más importantes como la sanación la cual también se me da de maravilla, puedo curar una herida de corte en cinco segundos y un hueso roto en quince segundos, es increíble.

-¡Em! -Me llama Alem a gritos. -Deprisa ven, es Josh. 

Voy corriendo y me encuentro a Josh y a Alem en el sofá, Josh tiene la cabeza en las piernas de Alem y se está sujetando el brazo izquierdo fuertemente, la sangre cae espesamente con un color azul turquesa. 

-Vaya Josh, tu si que tienes la sangre azul. -Digo arrodillándome a su lado dispuesta a curarle. 

-Cuanto antes hablas de un poder más temprano tienes que utilizarlo. -Digo para mi misma.