Yo si que te quiero.

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Capítulo 27.

Cuando Fred y yo llegamos a casa Josh está delante de la puerta con los brazos cruzados, nos está dando la espalda; la verdad no se que decir ante el acto tan infantil que he hecho esta mañana aunque también necesitaba descansar del mundo y pensar en lo que realmente hago en este mundo.

Josh se da la vuelta y nos ve, sus ojos brillan cristalizados, viene hacia mi y me abraza tan fuerte que de mi garganta sale un gemido.

-Eres idiota, Emily, -

-Tu también lo eres. -Le corto.

-Y por eso te quiero, idiota.

Nos miramos y le vuelvo a dar un abrazo, puedo sentir a Fred moviéndose por el salón y aterrizar en el sofá ruidosamente pero no me inmuto ni un momento de los brazos de Josh los cuales me aprietan fuertemente hacia él. Nos volvemos a separar cuando el abrazo empieza a volverse incomodo pero no nos separamos mucho, él pone sus manos en mis hombros y me mira desde arriba.

-Nunca más vuelvas a hacer eso. No sabes lo preocupado que me tenías. -Puedo ver sus ojos cristalizados.

-Nos tenías. -Le corrige Fred desde el sofá, está usando esa cosa que tenía en las manos antes de irme de casa, ahora puedo ver que es como un teléfono.

-Tu cállate, estoy teniendo un momento no amoroso con mi mejor amiga. -Reímos.

-Mira que eres bobo de verdad. -Vuelve a mirarme.

-¿De verdad?

-Si. Bobo, tonto, idiota, estúpido...

-Deja de describirte. -Me corta y le miro furiosa aunque los dos sabemos que es de mentira.

-Argh...

Me separo de él y voy a la cocina a prepararme la cena, no quiero más que un batido de chocolate, no tengo nada de hambre. Siento a Josh caminando detrás de mí y cuando entro a la cocina cierra la puerta.

-¿Qué haces? -Me giro hacia él.

-Tenemos que hablar. A solas.

-¿No puedes esperar a la noche?

-Ya es de noche. -Dice simple y yo suspiro.

-Cuando nos vallamos a la cama. -Nota el cansancio en mi voz.

-Está bien, pero no te duermas que te conozco.

-Sí, mamá... -Ríe y se va al salón con Fred.

Me preparo mi batido de chocolate, bueno, "preparo", solo es coger la botella de la nevera y echarlo a un vaso. Cojo mi vaso favorito -un vaso de plástico duro azul de Mickie Mouse- y echo todo el batido que quiero ahí y me voy al salón a tomármelo.

-¿Solo vas a cenar eso? -Dice Fred cuando me ve sentándome a la mesa con el vaso.

-Si, no quiero nada más, se me ha cerrado el estómago.

Me termino el batido en un momento y voy a mi cuarto, ni siquiera me molesto en llevar el vaso a la cocina, estoy muy cansada. Después de meterme en la cama aparece Josh por la puerta y la cierra detrás de sí.

-Es hora de hablar, pequeño unicornio. -Hago ronquidos falsos y él se tumba en la cama conmigo.

-No me lo creo. Vamos a hablar, no te vas a escapar tan rápido como antes.

Me giro y le miro, los dos estamos de lado encima de la cama.

-Habla. -Le digo.

-¿Por qué te has ido así por la mañana? -Noto el tono de tristeza en su voz.

-Porque estaba cansada.

-¿Cansada de qué? Si no haces nada.

-De todo, de que siempre estés de broma conmigo con las cosas serias y cuando yo digo algo en broma tu te lo tomes en serio. -Suspiro y cierro los ojos. - Es jodidamente cansado.

-Lo siento, Em. -Me acaricia la cara con la mano lo que hace que yo abra los ojos y le mire. -Se que puedo ser cansino a veces pero así soy yo, estamos en guerra y no quiero que esa sensación te llegue a ti... -Cierra los ojos.

-No te preocupes, yo si que lo siento por haber hecho esto. -Abre los ojos y me mira atentamente. -Lo siento, Josh. -Me acerco a él y le abrazo. -¿Podemos dormir juntos hoy?

-Está bien. -Me besa en la frente y apaga la luz.

-Te quiero.

Después de unos minutos cuando supongo que él piensa que ya me he dormido habla.

-Yo si que te quiero, Emily.

Mi mejor amigo vive debajo de mi cama [M.M.A.V.D.M.C.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora