Seth
Llegamos al Hustler Club y, como siempre, está lleno. Hay demasiada gente y eso que es entre semana. Me doy paso entre los hombres que caminan con alguna de las chicas.
Llegamos al fondo del lugar, abro la puerta que está frente a mí y entro. A mis espaldas, Nate la cierra. Richard habla con las nuevas y en cuanto nota mi presencia, se da la vuelta.
—Ya estás aquí. —Se ve algo desesperado.
—¿Pasa algo malo? —Chocamos los puños.
—Lo de siempre —bufa—, no quieren trabajar.
Las miro, algunas lloriquean, otras se abrazan con la que tienen al lado y otras más se abrazan ellas mismas, tratan de digerir en qué están metidas. Si supieran que para esto no hay salida ni porque le rueguen a su Dios.
—Vamos a aclarar algo. —Me coloco frente a ellas—. No sé si no han caído en cuenta que esto... —Extiendo los brazos, mostrándoles el cruel entorno—. No es un juego, no son unas putas vacaciones ni nada parecido, han venido aquí a trabajar, a ganar dinero y complacer a los hombres. Pagamos mucha pasta por ustedes, así que ahora nos pagarán cada dólar, ¿entendieron?
—Nadie nos pidió nuestra opinión para venir aquí. —Examino a la chica que habló. No dudo en dar unos pasos para encararla—. Solo nos secuestraron y ya —continúa.
Agarro su barbilla. Sus luceros verdes se han tornado más oscuros. Su mirar denota miedo, pero a la vez desprende furia. Unas gotas de sudor caen de su frente.
—No sabes con quién hablas, ¿verdad?
—Me importa una mierda quién seas —suelta a la vez que me escupe. Contemplo a Richard y a las demás chicas. La vuelvo a mirar, con el dorso de la mano me limpio la cara—, puedes irte al infierno.
—No sabes en lo que te has metido, niña. —Dejo su mandíbula libre y saco mi arma—. Nate, vete.
—No, no me voy a ir. —Intenta acercarse; le quito el seguro a la pistola. Nate posa sus manos en mis hombros—. No hagas una estupidez, Seth —doy un paso para alejarme de su toque.
—Que te vayas, he dicho. —Apunto directo en la cabeza de la bocona—. ¡Lárgate, Nate! —Lo miro por encima de mi hombro—. Vete ya. —grito, molesto.
Con la cabeza gacha, se marcha de la habitación.
Las escruto; tienen miedo, es más que obvio.
—Nadie me habla así, como lo has hecho tú. —La chica se mantiene en pie y no se inmuta de mi amenaza—. Nadie que tenga un poco de cordura me escupe en la cara y sale vivo de eso... Tú, niña, no serás la excepción.
Sin pensarlo dos veces, le disparo en la cabeza. Un gran agujero se forma en medio de su frente, sus sesos salen volando por la parte de atrás de su cabeza y una mancha de sangre se forma en su piel, esta empieza a escurrir por su nariz y ojos.
Se escuchan los gritos de las demás, horrorizadas ante la escena. Su cuerpo cae al suelo y la sangre lo empieza a cubrir, guardo la pistola tras mi espalda y las miro.
—Esto. —Señalo el cadáver —. Esto es lo que les espera si siguen negándose a trabajar. Nadie en su puta vida me habla como ella lo hizo. Puedo ser su peor pesadilla. —Trato de relajarme, así que suspiro—. ¿Alguien más quiere dar su opinión? —Ninguna de ellas hace el intento, solo sollozan—. Eso me imaginé. Richard, llévalas arriba para que se arreglen y después te deshaces de ella —señalé el cuerpo cerca de mis pies.
—Lo que tú digas, Seth.
Les hace un ademán y las lleva con él. Salen de la habitación sin rechistar, asimismo, lo hago yo.
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Maldito Infierno +18 (COMPLETO, SIN EDITAR)
Romance"Enamorarse de ella fue su mayor pecado. Esa fue su condena al infierno" Primer libro de la Trilogía Inferno.