Capítulo 34. 🔥

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Nate

Pobre de mi Nell, ahora con esto, ella estará sola. Antes sabía que, aunque Seth estaba con ella, estaba acompañada. ¿Y ahora? Ahora no sé qué voy a hacer.

—Vale, no te preocupes. —Cas se acerca y con su brazo rodea mi cuello—. Tú ve a casa, que Gale y yo nos hacemos cargo de este.

Con su cabeza señala atrás, donde está Seth.

—Vete. —Gale se acomoda en el sillón y sube los pies a la mesita que está frente a él—. Nosotros lo cuidamos. Tú ve a trabajar.

Se ríen.

—¿Seguros?

—Que sí, vete. Por mi parte me voy a asegurar de cuidar de Seth. Y sé que Gale hará lo mismo.

Cas y yo miramos a Gale, asiente con la cabeza y sonríe de lado.

—Vale.

Le echo una última ojeada a mi hermano antes de irme.

Nelly

Muero de frío. No sé, pero siento que hoy hace más frío que días anteriores. Me meto debajo de los cobertores. No obstante, por más que quiero calentarme, no puedo. Me hago bolita e intento abrazar mis piernas. Me duelen los huesos y esa maldita sensación en mi estómago no desaparece.

Escucho pasos en las escaleras, me siento sobre el colchón con las piernas estiradas, la puerta se abre, deja ver a Nate, su ceño está caído.

Cierra la puerta detrás de él y camina hacia mí. Está triste. Nunca lo había visto así.

—Hola.

Intenta sonreír.

—Hola.

Se sienta en la orilla del colchón, me acerco a él. Lo abrazo por atrás. Me pego lo más que puedo y trato de transmitirle paz.

—¿Qué pasó?

Nate se rompe, él llora. Se lleva las manos a la cara y solloza en sus palmas. Lo único que hago es apoyar mi cabeza en su espalda y esperar a que se relaje, para que me diga qué es lo que pasó.

Nate

—¿Mejor? —Asiento—. Vale, ahora sí, dime qué ha pasado.

—Lo querían matar. No sé quién, pero es obvio que lo querían muerto. Pero Seth es imposible de asesinar.

—¿No te das alguna idea de quién pudo haber sido?

—No. —Se separa. Lo observo—. Ni él sabía quién lo hacía.

—Espero que él esté bien —murmuro.

Se deja caer al colchón y se encoge de hombros. Mentira, ella no se preocupa por él, pero sabe que yo sí.

—Tiene algunas costillas rotas, golpes, cortadas, pero estará bien.

Le sonrío de lado.

—Entonces debes irte. Debes estar con él.

Intenta meterse en los cobertores, pero la agarro del brazo.

—Cas y Gale están con él. Ellos lo cuidan. Además, no sé qué me haría Seth si despierta y me ve a su lado, capaz se pone de pie solo para darme una patada en el culo.

Sonríe.

—Está bien. —Se acerca y me da un beso en la mejilla. Se aleja de nuevo—. Hasta mañana entonces.

Levanta los cobertores.

—Espera. —Se detiene—. Sé que esto está mal —suspiro—. Mas no quiero que estés aquí. Ya no puedo verte aquí, ya no. —Enarca una ceja—. Vamos arriba, a que comas, que te des una ducha decente y que duermas en una cama decente.

Maldito Infierno +18 (COMPLETO, SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora