Seth
No quiero perderla. No a ella, me hace tanto bien su compañía, es como si con tenerla a mi lado todo desapareciera y solo fuéramos nosotros dos. Juntos en el mismo infierno. No habría nada de la mierda en la que tenemos que vivir todos los días, hasta que alguien venga y nos mate.
La veo dormir sobre mis brazos, tan perfecta e inocente, como si no fuera capaz de matar a una mosca, cuando en realidad puede destruirte en tan solo segundos con un disparo en la cabeza. Es peor que cualquier enfermedad... Tan letal.
Ella se ve tan linda mientras duerme y te ensimismas con tan solo mantener las pupilas sobre su cuerpo soñoliento.
Noto que hace gestos de dolor cada que se mueve. Intento no lastimarla, porque sé lo incómodo y doloroso que es una herida así. Le quito los cabellos que cubren su rostro, ella separa sus párpados con lentitud y sonríe al verme.
—Creí que te habías ido.
—No, cariño. No me voy a despegar ni un minuto de aquí.
Se levanta y se cruza de piernas.
—Tenía miedo. —Su mirar se torna melancólico—. Por mi mente pasaron tantas cosas, que por un momento creí que iba a morir... No sé. —Se encoge de hombros—. Nunca quise esta vida, pero me cuestiono si vale la pena.
—Nunca digas eso. —La abrazo con cuidado—. Nunca digas que vas a morir, porque eso nunca va a pasar. —Levanto su mentón—. Te prometo que nadie te hará daño y siempre te cuidaré.
—No hagas promesas que no vas a poder cumplir —gimotea—; sabes que esta vida es así, hoy estás y mañana quizá no.
Sus palabras se han quedado en mi cabeza. Ella tiene razón; no sé si podré cuidarla siempre para evitar que alguien le haga daño. Sin embargo, estoy dispuesto a correr cualquier riesgo y protegerla hasta con mi vida. Haré cualquier cosa para mantenerla respirando. La necesito y la quiero a mi lado.
Se ha vuelto a dormir. Le ha dado un poco de temperatura, pero ha venido un doctor a revisarla y comentó que la herida no está infectada. No obstante, Nell necesita descansar, por ende, las próximas semanas no podrá ir a ningún lugar y menos a cobrar.
La he dejado en su cama. Me pidió que no me fuera, mas necesito saber quién está detrás del tiroteo donde resultó herida y cuando lo sepa, ni siquiera el demonio podrá salvar a los imbéciles que se atrevieron a meterse con mi novia.
Llego a casa. Apago el motor. Miro por la ventanilla; la luz del despacho de Jared está encendida, así que decido darle una grata visita.
Entro en la gran mansión, la cual está más silenciosa que de costumbre. Sin mamá ya nadie grita ni escucha música. Desde que ella se fue, todo se volvió más oscuro y triste, hasta puedo afirmar que Jared se ha vuelto así.
Doy tres golpes, no entro hasta oír una aceptación.
Jared revisa unos papeles mientras fuma. No dudo en dirigirme hacia los sofás frente de su escritorio.
—¿Qué sucede? —musita sin dejar de revisar los informes.
Suspiro al acomodarme en unos de los sofás.
—Necesito un favor —solicito.
Esto es tan difícil para mí, dado que pedirle un favor a Jared es como una patada en los cojones.
—¿Un favor? —Deja la revisión. Enarca una ceja—. ¿Qué tipo de favor?
Inspira con fuerza el puro.
—Necesito saber quién está detrás del ataque que sufrió Nell. —Se recarga en el sillón negro de piel—. No tengo ni puta idea de quién fue y cuando lo sepa...
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Maldito Infierno +18 (COMPLETO, SIN EDITAR)
Roman d'amour"Enamorarse de ella fue su mayor pecado. Esa fue su condena al infierno" Primer libro de la Trilogía Inferno.