Maldito Infierno +18 (COMPLETO, SIN EDITAR)

Capítulo 8. 🔥

Nate

He quedado con Stephen y Joey para beber algo. Últimamente no he salido con ellos, dado que Seth se la pasa más tiempo en casa de Vera que en la nuestra, y eso significa que yo debo hacer su trabajo.

—No he visto a tu hermano por aquí —dice Joey—. ¿Ahora qué maldades anda haciendo?

—Se propuso a vengar la muerte de nuestra mamá y se ha metido en la casa de Vera Petrova, la viuda de Víctor Záitsev.

—No me jodas —exclama Stephen—. Si ella o alguien de su gente llega a saber quién es él, seguro que lo matan en ese instante.

—Lo sé. —Le doy un trago a mi cerveza.

Hoy he venido al departamento de Stephen, no quiero llevarlos a casa y ser el centro de atención de mi padre y su gente que piensa que todo el mundo está en su contra.

—Lo sé y se lo he dicho, pero saben cómo es. Cuando algo se le mete en la cabeza no hay nada que lo pueda hacer cambiar de opinión. Además, ha conocido a una chica y parece idiota cuando habla de ella.

—¿Y qué piensa hacer? No se va a quedar con los brazos cruzados. —Joey bebe el último trago.

—Lo que Seth menos hará es cruzarse de brazos, se los aseguro. Dice que va a matar a Vera o hacerle daño con lo que ella más quiere.

—¿Y qué es aquello que ella quiere?

—Ni idea. No tiene hijos. Los mataron cuando eran pequeños.

—Qué mierda. —Stephen se deja caer en el sofá—. No quiero sonar tan cruel, pero eso es lo que pasa por ser quien es; las personas siempre irán detrás de lo que más amas, aquello que te es indispensable para vivir y a ella le mataron a sus hijos. Tu papá corre el mismo destino.

—¿Crees que no lo sé? Por supuesto que lo sé y él también. Todos lo sabían, por eso mataron a mi madre, pero Seth no entiende que debe parar esto, que es mejor dejarlo por la paz y no seguir con esta guerra donde solo quedará uno de pie.

Bufo.

—Tu hermano se parece a tu papá.

Joey asiente, dándole la razón a Stephen.

—Tiene el alma llena de resentimiento, rencor y odio... eso solo lo llevará a su propia destrucción. No te sorprenderá cuando te diga que usará a esa chica para llegar a Vera.

—No creo que llegue a tanto.

Miro a mi amigo que se ríe.

—Se ve que no conoces a tu hermano, Nate.

No creo que Seth sea capaz de hacerle daño a esa chica solo para destruir a Vera. No creo.

Seth

Agarro a Nelly del brazo y luego el maletín.

Ella saca su pistola y dispara varias veces, haciendo caer a varios. Corremos detrás de un muro, nos protegemos con él. Nuestras respiraciones yacen erráticas. Suelto su mano.

—Eres un hijo de puta —grita enojada y dispara otra vez—. Maldito.

Con las dos manos agarra la pistola. Saco la mía y me pego a la pared.

Se escucha el efluvio de balas detrás de nosotros, miro a Nelly y asiente. Me acerco a la esquina del muro y con el rabillo del ojo miro a todos lados. Más allá de esta, hay dos hombres con metralletas, y detrás de la mesa volcada, hay un tipo con un revólver.

—Veo tres —le digo.

—Y yo cinco. —Se acerca—. ¿Tienes municiones? —Asiento—. Vale.

Suspiro. Doy un paso y disparo al tipo detrás de la mesa, hace lo mismo y también los otros dos. Siento cómo una bala roza mi brazo, pero sigo. Uno de los sujetos cae al suelo, apunto al tipo que se levanta con severa cojera, renquea hacia la pared opuesta a nosotros. Un proyectil entra en el costado de su torso.