Nelly
Ha pasado casi una semana desde que Nate y yo estuvimos juntos, y desde ese día...vaya, desde ese día todo ha sido maravilloso, increíble y magnífico. Nate es un caballero en toda la extensión de la palabra, hemos salido muchas veces al patio, a comer o a pasar un buen rato solos, como ver algo... hemos visto muchas películas. Bueno, a veces, porque de vez en cuando se queda dormido. Sé que para él está situación es difícil, el tener que ir al hospital a ver a su hermano, encargarse de los negocios de su padre y después estar aquí conmigo es mucho trabajo para una sola persona.
Pero aun así y sin importar nada de allá afuera, Nate está aquí conmigo, me hace reír y me ayuda a olvidarme un poco de que esto es solo un secuestro, pero he encontrado la manera de olvidar las cosas malas que han pasado en estos meses y solo rememorar que tengo a mi lado a una gran persona que cuida de mí y me protege en todo momento, aunque él aún se siente culpable por lo que pasó con su hermano.
Estoy en el baño haciendo pipí, miro mis bragas y no hay rastro de sangre ni ninguna mancha que dé a notar que Andrés va a llegar. Me pongo de pie y siento una ligera punzada en mi estómago, tengo cólicos, desde hace varios días. Camino hacia el lavabo y me miro en el espejo. Una sonrisa de lado se forma en mi boca cuando una ligera esperanza atraviesa mi mente. Creo que estoy embarazada, ¿cómo lo sé? Obvio, no he tenido la menstruación, me duelen los pechos y tengo ganas de vomitar a cada rato. Sé que este hijo no es de Nate, pues solo hemos estado juntos desde hace unos días atrás, y bueno... Seth y yo estuvimos juntos muchas veces antes.
Salgo del baño y Nate me atrapa en sus brazos en cuanto cruzo la puerta.
—¿Estás bien?
Rodea mi cintura y abdomen, apoya su cabeza en el hueco de mi cuello y me da un beso.
—Excelente. —Sonrío—. Hoy vas a ir de compras ¿no?
Bajamos las escaleras.
—Sí, ¿por qué la pregunta?
Muerde el tirante de mi blusa. Sonríe.
—Te quiero encargar algo.
Llegamos a la cocina y me sube en la mesa, agarra mi trasero y me deja sobre la madera.
—¿Algo? —Enarca una ceja, se mete en medio de mis piernas y acorta la poca distancia que hay entre su cuerpo musculoso y el mío, tan débil, tan roto—. Algo como, ¿qué?
Me besa.
—Solo algo —susurro en su oído. —Una prueba de embarazo.
Está asustado, no creo que lo esté más que yo.
—No sé, temo que mis sospechas sean ciertas y quiero saber si estoy o no.
—¿Segura? —Asiento—. Vale.
Acuna mi rostro entre sus manos y vuelve a besarme. Se estremece cada parte de mi alma.
No pregunta nada más, sabe, al igual que yo, lo que pasó y que, si estoy embarazada, no es de él, aunque me gustaría que fuese así.
Seth
Muchas veces me he preguntado por qué esta manera de ser la mía. Soy una mala persona que no se merece lo que tiene, ni a las personas que están conmigo. No me merezco nada.
Eli me mira, sonríe y se sienta a mi lado.
—¿Qué pasa? —Agarra el tenedor y me da un pedazo de comida—. ¿Estás bien?
—Estoy bien —resoplo—. Nate no ha llamado.
Examino mi celular y no hay ni un mensaje de mi hermano.
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Maldito Infierno +18 (COMPLETO, SIN EDITAR)
Romance"Enamorarse de ella fue su mayor pecado. Esa fue su condena al infierno" Primer libro de la Trilogía Inferno.