Capítulo 6. 🔥

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Nelly

Me he levantado con un horrible dolor de cabeza, eso de combinar alcohol con marihuana no es nada bueno ni sano. Estoy segura que si mi padre estuviera aquí me diría: «Hija mía, eso no se debe hacer. Eres más fuerte que esto, tú puedes sola, no necesitas a nadie».

Mi papá siempre tuvo demasiada confianza puesta en mí. Siempre me apoyó en todo lo que yo quería hacer y en todas las locuras que hice. Me enseñó que no debo dejarme caer ante nada, ante ninguna situación por más penosa que sea... pero a veces me es tan difícil poder seguir, poder levantarme y continuar con el día a día. Siempre es tan difícil poder continuar.

Lo extraño tanto, demasiado. Me duele aunque hayan pasado algunos meses.

Me doy un baño, el agua caliente recorre cada centímetro de mi cuerpo desnudo. Me quedo bajo el chorro de agua con algunas lágrimas que bañan mis mejillas. No quiero seguir así, no quiero esta vida para siempre. No obstante, tampoco puedo escapar de mi destino.

Salgo de mi habitación, suspiro al darme cuenta que de nuevo tengo que hacer esto y que no tengo muchas opciones tampoco. Debo ayudar a mi madre en lo que sea.

Bajo a la zona de tiro y empiezo a disparar un poco para entrar en calor.

Jalo la corredera de la semiautomática, cierro un ojo y apunto hacia el objetivo, le bajo el martillo y le pongo el seguro, meto la pistola sobrante en la funda que llevo en la cintura, agarro el cuchillo, lo meto en mi tobillo y me acomodo el pantalón.

—¿A dónde vas? —Vera se acerca con unos papeles en la mano que no deja de ojear.

—A cobrar como cada mes. —Me cubro con la chaqueta—. Más tarde regreso. —Camino a la puerta, pero su voz me detiene.

—Nelly, no te olvides que hoy llegan los nuevos, necesito que los entrenes.

—Sí —contesto sin girarme a mirarla.

Salgo de la zona de tiro, subo las escaleras y doy la vuelta para llegar a la estancia. Me encuentro con varios chicos que están en fila, todos me observan. Carl les dice algo y después se gira hacia mí.

—Ellos son los nuevos, Nelly. —Extiende su mano izquierda y la derecha la pasa detrás de su espalda. Señala a los chicos que recorro con la vista.

En ningún momento me vi hacer esto, ya que quien lo hacía era mi papá.

—Gracias, Carl. —Le doy una palmadita en el hombro y paso por su lado. Miro a todos los chicos y ellos no tardan en evaluarme.

—¿Quién los mandó? —Me detengo.

Me poso frente a ellos.

Los franceses, los mexicanos, el barrio chino, los rusos... se escucha que dicen.

Son diez chicos en total.

—Tú, tú y tú. —Señalo al azar—. Se van con Carl por la cocaína, ustedes cuatro. —Apunto a los mexicanos—. Se van con Mike por las armas a Brownsville, y ustedes. —Observo a los dos castaños y al rubio—. Vienen conmigo a Queens. Vamos por lo que es nuestro. —Doy unos pasos y Carl me detiene del brazo.

—Con mucho cuidado, Nelly, ya sabes que a Vera no le gustan las fallas —susurra en mi oído.

—Que sí, entendido.

Les hago una señal a los chicos para que me sigan. Salimos de la casa en una de las furgonetas blindadas, veo al chófer que me sonríe antes de dar la vuelta para salir a la pista principal.

Los tres chicos van callados y por lo que veo, ninguno de ellos se conoce, puesto que ninguno ha abierto la boca desde que salimos de la casa.

—¿Cuáles son sus nombres? —Saco el codo por la ventana.

Maldito Infierno +18 (COMPLETO, SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora