Seth
Llegamos al Sin City, hay varias patrullas y policías afuera. Nate apaga el auto y salimos al mismo tiempo.
Me acomodo la camisa al entrar en el club que está lleno de policías corruptos.
—¿Qué pasa? —resuello.
Frank, el encargado de este bar, se acerca, hace una mueca de disgusto y se frota el cabello en señal de nerviosismo.
—Han llamado a la policía porque según hay mucho ruido por la noche, mucha gente sale y entra.
Los agentes revisan todo el lugar.
—¿Quién fue el soplón? —musito.
—Anónimo.
Bufo y me acerco al comandante de la policía, quien platica con uno de los bartender.
—¿Qué pasa, oficial? —Se da la vuelta y sonríe de lado.
—Necesito hablar con tu padre, hemos recibido muchas llamadas quejándose del ruido y, ya sabes... —Mueve sus manos intentando decir que hay más quejas.
—Mi padre no está, pero sabe que cualquier cosa lo resuelve conmigo.
Se carcajea, una lágrima sale de su ojo derecho, la cual limpia de inmediato. Yo no le veo la gracia a lo que he dicho.
—Ay, Seth. —Apoya una mano sobre mi hombro y lo aprieta. ¿Qué cree que hace?—. Eres un niño. He dicho que quiero hablar con tu padre, sino se presenta mañana en la jefatura, vamos a tener que clausurar este lugar definitivamente.
Mi quijada se desencaja y el oficial le dice a sus hombres que salgan. Todos salen y, a lo último, él me mira y señala con su dedo.
—¿Está loco? —musita Nate a mi lado.
El hombre no tarda en salir.
El club se queda solo. Frank, Nate y yo, somos los únicos que estamos aquí sin decir ni hacer nada.
Frank regresa detrás de la barra y la limpia con un trapo, Nate y yo nos acercamos y nos sentamos uno al lado del otro.
—Papá tiene que venir.
Frank deja tres botellas de cerveza, agarro una, de la cual caen unas gotas de agua por lo fría que está.
—Si, lo sé, pero no vendrá aquí, sino a la jefatura —contesto.
Le doy un trago y echo mi cabeza hacia atrás; el líquido frío pasa por mi garganta, me bebo media botella de un trago y doy el último sorbo. Dejo el cristal vacío en la barra. Nate y Frank me miran a la espera de algo.
—Jared tendrá que darle mucho dinero a ese policía corrupto, eso si no quiere perder este club. —Me incorporo—. Gracias, Frank —Asiente.
—Adiós, Frank.
Nate le da un trago a su botella y la deja haciendo que esta choque en la madera. Me sigue con el mentón en alto. Pero antes, me entrega las llaves de la camioneta.
Salimos del Sin City y caminamos por la acera para llegar al auto, la calle está sola a comparación de hace solo unos minutos, donde había patrullas hasta del otro lado de la calle. Nos sumergimos en el interior del coche, lo enciendo y arranco, las llantas rechinan al dar la vuelta a la calle, manejo a toda velocidad y conduzco de regreso a casa.
Llegamos, lo primero que hacemos es ir con Jared, quien, como siempre, está detrás de su portátil. Al oírnos, despega los ojos del computador.
—¿Por qué traen esa cara? —Ninguno de los dos dice nada, solo nos miramos, ni él ni yo queremos decirle a Jared lo que pasa—. ¡Carajo!, ¿alguno de ustedes va a hablar?
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Maldito Infierno +18 (COMPLETO, SIN EDITAR)
Romance"Enamorarse de ella fue su mayor pecado. Esa fue su condena al infierno" Primer libro de la Trilogía Inferno.