Capítulo 26. 🔥

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Nelly

Me despierto y lo primero que veo son algunos paquetes de toallas femeninas sobre la cama.

Hay ciertas blusas, unos pantalones de pijama y una caja de bombones cubiertos con chocolate. Lo primero que agarro es la caja, la desgarro y empiezo a degustar los bombones que se derriten en mi boca. Este pequeño momento de felicidad me sabe a gloria.

—¿Cómo estás?

Levanto la mirada y me encuentro con Nate apoyado en el marco de la puerta, me sonríe y le sonrío de vuelta sin mostrar los dientes, que seguro están cubiertos de chocolate. Mejor evitemos ese desagradable momento.

—Bien, esto sabe delicioso. ¿Tú me los has traído?

Nate se separa de la puerta y sacude la cabeza.

—No, no fui yo.

Se sienta a mi lado, agarro un chocolate y le digo que abra la boca, se resiste, pero al ver mi insistencia, la abre, dejo el pedazo de dulce en su boca y saco mis dedos antes de que la cierre.

—Está delicioso, ¿verdad? —Elevo las cejas—. Dime que no te gusta.

—Me encanta. —Agarra mi mano y me pongo nerviosa—. Lo que pasó ayer...

Lo interrumpo.

—No necesitas decir nada, está más que claro que yo no te intereso.

Intento soltarme, mas me agarra más fuerte.

—No es eso. —Traga saliva—. Me encantas, Nell. Nunca digas que no me importas, porque me importas y mucho, más de lo que deberías. Pero...

—¿Pero? —Mierda—. ¿Pero qué? —Me yergo—. No me puedes decir que hay un pero. No puedes, Nate.

—Sí, sí puedo. —Me coge de ambas manos—. Está Seth, es mi hermano, mi sangre.

—Por favor, Seth es un cabrón, por si no te das cuenta, no le importo, ni nadie, solo él.

—No digas eso, si Seth aún está aquí es por mí, tuvo muchas oportunidades de irse, pero nunca lo quiso hacer por miedo a que papá me hiciera algo —suspira—. No conoces a Seth.

—Tienes razón. —Me suelto—. No, no lo conozco porque todo lo me dijo fue mentira, solo se acercó por interés.

—Él te mintió, sí, pero de lo que estoy seguro es que te amó, en su momento lo hizo y por eso no puedo acercarme a ti de otra manera que no sea para cuidarte.

Su respiración es rápida.

—Está bien, pues no lo hagas, pero tampoco quiero que me compres cosas.

—Nell...

Lo aparto.

—No, Nate, no quieres estar más cerca de mí de lo que debes. Está bien, mas no quiero nada tuyo, eso debe hacerlo tu hermano, no tú.

Me cruzo de brazos.

—Eres...—Se pasa sus dedos por su pelo—. Me vuelves loco.

Vuelve a acercarse. Aprieta sus labios contra los míos, se separa, camina hacia la puerta y yo me quedo con la boca abierta, el corazón roto y mi mundo desmoronado.

«¿Qué fue eso?, ¿qué demonios acaba de pasar?, ¡Santa madre de Dios!».

Seth

He llegado al Sin City, estaciono el auto y antes de hacer otra cosa, miro hacia atrás, la misma camioneta de días atrás está estacionada del otro lado de la calle.

Maldito Infierno +18 (COMPLETO, SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora