Capítulo 9. 🔥

8.4K 687 131
                                    

Nelly

Hoy he decidido venir al cementerio. Los últimos días he pensado mucho en mi padre, en sus palabras antes de morir y en la última vez que lo vi, desangrado, ya sin vida. Fue un golpe muy fuerte para mí verlo así y aunque estaba acostumbrada a que de vez en cuando llegara con la ropa salpicada de sangre y una que otra vez herido, saber que esta vez ya no se iba a poner de pie me dio duro en el corazón.

Él era mi héroe, la persona que me daba buenos consejos y ya no está, se ha esfumado y con él todas las esperanzas de que algún día yo pueda salir de esta vida.

El viento sopla despacio moviendo mis cabellos, algunos se pegan a mis labios y los quito con mis dedos. Miro la lápida con su nombre, apellidos y la fecha de su nacimiento y muerte

—¿Por qué me dejaste? —le cuestiono al viento, sin obtener respuesta alguna —. Ha sido tan difícil poder continuar sin ti. Los días son grises y son un asco también —me rio a la vez que paso mi pulgar debajo de mis ojos —. Me dijiste que tenía que ser fuerte, pero no me dijiste lo difícil y doloroso que sería el proceso.

Cierro los ojos y tomo aire.

Al abrirlos escucho los pasos de alguien acercándose hasta donde estoy.

—Seré fuerte, Víctor, lo prometo, pero si algún día me caigo y ya no me puedo levantar no quiero que me juzgues. Sé que daré todo de mí para que te sientas orgulloso pero a veces también nos cansamos de vivir.

Mi padre era un gran hombre y aunque era el jefe de una organización criminal tan grande como lo era la Bratva, nunca dejó que su crueldad y su sadismo lo consumieran a tal grado de ser un mal padre o un mal esposo. Al contrario, era el hombre más tierno, dulce y comprensivo que yo había conocido.

Recuerdo que habían pasado tan solo unos días desde que Misha murió. La casa se sentía tan sola, gris y fría. Hacían falta las carcajadas de mi hermano mayor, sus travesuras a mis padres, que jugara con Pete y los demás hombres que sirven a papá. Siempre fue un niño alegre, sonriente, lleno de vida que transmitía solo felicidad a los demás. Yo lo necesitaba tanto y su muerte sería una herida tan profunda que jamás iba a cicatrizar.

—¡Papá! —aquella noche desperté por una horrible pesadilla, gritando, con la garganta ardiendo y la frente perlada en sudor. Mis pequeñas manos se asieron a los cobertores de la cama —. ¡Papá! —grité de nuevo, en medio de la oscuridad de mi habitación.

Escuché sus fuertes pasos venir hacia donde yo estaba, la puerta se abrió de golpe y la luz iluminó cada rincón de mi habitación.

Что случилось, девочка моя? *—se acercó a mí y se sentó en la orilla de la cama, cogiendo mis manos entre las suyas que eran mucho más grandes que las mías, pequeñas y frágiles.

Мне приснился кошмар, ты спишь со мной? —asintió con la cabeza. 

—Claro que sí, princesa —se acercó para dejar un tierno beso en mi frente —. Yo me quedo contigo —le sonreí y me deslicé a un lado de la cama para dejarle espacio, aunque claro, él era mucho más alto y apenas cabía.

Apagó la luz y se metió bajo los cobertores a mi lado

—Dime que soñaste —preguntó pasando su mano por mi cabello.

—Con monstruos, eran grandes y tenía dientes filosos, me querían comer, papi —lo escuché reír.

—Es que eres una niña muy dulce, por eso los monstruos te querían comer.

Maldito Infierno +18 (COMPLETO, SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora