Capítulo 33. 🔥

4.1K 327 55
                                    

Nelly

—¿Qué pasa? —Acaricio sus mejillas. Aparta el celular de su cara y su mano cae sobre el colchón. Está asustado—. Nate ¿Qué pasa?

A mí también me entra el pánico.

—Es... es Seth, ha tenido un accidente.

Me separo de él. Me sorprendo; siento una opresión en el pecho, no voy a decir que me alegra, pero tampoco quiero ser hipócrita y fingir que me preocupa, cuando claramente la verdad no me interesa. Pero Nate, Nate es su hermano, él sí se preocupa, no importa los problemas, las discusiones y nada... nada importa porque es su hermano. Su sangre.

—Tengo que ir. —Me da un beso—. Lo siento, pero tengo que ir.

Asiento. No puedo decirle que no vaya.

—¿Volverás?

—Lo juro.

Sonríe triste.

Seth

Ni el alcohol, ni los cigarrillos. Ni ninguna otra mujer por más hermosa que sea, puede hacer que olvide a Nell, ella es esa clase de chica que se mete debajo de tu piel y te carcome el alma poco a poco, se apodera de esta, tu esencia y cada maldita parte de tu mente y tu corazón, por más que quieras sacarla de tu sistema, eso es imposible, porque entre más quieras sacarla de ti, más se mete en tu cuerpo. Te roba la vida, el sueño, los pensamientos y cada jodido sentimiento son de ella. Y nada más.

Miro por el retrovisor y la misma camioneta negra me sigue desde que salí del bar. Estoy borracho, pero no soy estúpido, no han dejado de seguirme y me quieren muerto. Pero como dicen por ahí, hierba mala nunca muere.

Agarro la botella de coñac, sostengo la boquilla con mis labios ya adormecidos, echo la cabeza hacia atrás mientras el líquido ámbar resbala por mi lengua y garganta entumecida. Con la mano izquierda agarro bien el volante, pero el auto se va de lado, le doy la vuelta antes de chocar con otro que viene del lado contrario, el conductor hace sonar el claxon y yo lo maldigo en la mente.

Mi vista se distorsiona un poco. Veo borroso y todo me da vueltas, el camino está nublado y creo que es por el alcohol en mi sangre. Subo el volumen de la música mientras piso el acelerador. No es una buena combinación, alcohol, autos y música... nunca será una buena.

Escucho un rechinido de llantas y siento un golpe atrás, a un costado del auto, agarro el volante con las dos manos. Entretanto, me acomodo en mi asiento, suspiro y miro por el retrovisor. Estabilizo el vehículo y piso el acelerador con más fiereza, otro golpe hace que salga de mi carril.

La sangre me hierve, la adrenalina corre por mis venas. Pierdo el control, la cabeza me da vueltas y las luces de un coche que viene de frente me ciegan por completo. Siento otro golpe. Choco, me cubro la cara con las palmas. Todo pasa en cámara lenta, la botella de coñac da vueltas al mismo tiempo que el auto, los cristales se rompen y escucho cómo los huesos de mi cuerpo crujen.

Un dolor insoportable recorre mi cuerpo, el vehículo da un par de vueltas más antes de que yo quede inconsciente.

Ileana

Desde que nací, siempre se me ha dado la vida que he querido, nunca se me ha negado nada y tengo lo que siempre he deseado. Al igual que mi hermano, crecimos en un entorno familiar estable, con dos papás que nos aman y que están dispuestos a dar cualquier cosa por nosotros dos.

Mi hermano Dixon, es un año mayor que yo, es decir, tiene veintitrés años, por ser menor que él, no quiere decir que no sepa lo que quiero de la vida, eso lo tengo muy claro... desde que tengo quince años. En este momento hago lo que yo quiero, cosa que es solo posible gracias a mi papá que me apoya en todo.

Maldito Infierno +18 (COMPLETO, SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora