¿Valio la pena?

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He de decir que esto era demasiado difícil. Yo no era muy buena con las personas, siempre fui algo timida asi que deje toda la platica para los mayores, además de que nadie parecía interesado en hablar conmigo. La comida llegó unos minutos después de ordenarla y mi platillo lucia mas rico de lo que sabia. La carne estaba algo picante para mi gusto y el aderezo de la ensalada era algo desagradable para mis papilas gustativas, y eso sin contar que tuve que ordenar otra bebida por que el vino era algo amargo. No era mucho de beber, el poco alcohol que consumia solia ser más preparados, especialmente con vodka o ron. Habia probado el vino gracias a un novio que tuve hace año y medio, y realmente no entendia como la gente podía tomarlo. No era deliciosos como lo hacia ver, preferia comer uvas antes de tomar vino.

No fue sino hasta el postre que comenzaron a prestarme atención. Tal vez demasiada para mi gusto.

--¿entonces a que te dedicas querida?—pregunto el señor Derricks con amabilidad

--yo...amm...actualmente me encuentro tomando un breve descanso—la señora Margaret me miro con desagrado y me sentí mal—pero próximamente regresaré a la empresa para hacerme cargo de los eventos que realice la compañía—de reojo vi como Howard asentía en completo acuerdo

--tu padre me dijo que estudiaste administración de empresas y que también eres muy buena con los negocios—¡demonios!

--si, por varios años me sentí...atrapada por la magia de los negocios que papá solía realizar, así que decidí formar parte de ese mundo—¿Qué se supone que debía decir? No quiero comprometerme con los negocios pero tampoco puedo dejar mal a Howard

--Rebeca ha sido una parte fundamental para el crecimiento de la empresa—habló Howard para mi suerte—sin embargo, hemos decidido, después de lo que sucedió, que seria mucho mejor que dejará los negocios por algún tiempo

--¿de verdad?—Augusto me miró, luego a su hijo y nuevamente a mi—¿no crees que eso sería algo negativo para ti? Me refiero a que dejaras de hacer lo que amas

--los negocios son solo una parte de lo que amo—¿Por qué dije eso? Ahora tenía cinco pares de ojos mirándome en espera de una respuesta—yo...tengo intereses variados. En los últimos meses mi interés se inclinó más hacia el ramo de las humanidades y artes

--¿en serio?—Augusto miró a Howard, quien a su vez me miraba como si quisiera estrangularme—me parece algo maravilloso ¿en qué ámbito te gustaría experimentar?

Se que había dicho que Julia ya no existía, pero no podía evitar sentir mi corazón emocionarse. Este hombre quería saber lo que me importaba y gustaba. A mí.

--me gustan mucho el diseño y la literatura. Realmente...quisiera hacer estas actividades de forma profesional

--¿quieres escribir?—preguntó esta vez Maison tomándome por sorpresa

--sería realmente fantástico poder publicar obras propias—el chico me miró y vi una pequeña sonrisa en su rostro—sé que será algo complicado, pero no pierdo las esperanzas de conseguirlo—la mesa quedó en silencio por unos minutos, cosa que me puso nerviosa

--¿si sabes que morirás de hambre si te dedicas a eso?—el comentario de Margaret hizo reír a todos, pero a mí me rompió el corazón. Había oído eso tantas veces, pero aun así no me acostumbraba—tal vez deberías seguir en los negocios como tu padre—la mujer me dedicó una sonrisa algo falsa y solo pude obligarme a regresarle el gesto.

--discúlpenme—Maison se levantó y se alejó de la mesa

Por un momento fui el centro de atención pero nuevamente quedé en segundo plano. Me concentré en terminar mi postre mientras los oía decir chistes que solo gente como esa entendía. Mi pie comenzó a doler y disimuladamente sobé la zona inflamada. Se sentía hinchada y dolía cuando la tocaba. Maison regresó a la mesa después de unos minutos y por alguna razón parecía mirarme más que antes, evite mirarle pero era imposible no sentir sus ojos en mí.

Entre Amor Y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora