Hablame

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--¿Qué haces aquí?

Mi rostro se crispo en una mueca de enfado y confusión. No tenia idea de como es que el habia lelgado aquí y mucho menos la razón por la que vino.

--vine a ver como estabas—respondió Maison con tono tranquilo, el era consciente de que habia gente a nuestro alrededor y estaba segura de que no queria discutir, pero yo simplemente no pude ocultar mi cara de enfado

Rodé los ojos y sonreí con ironia. ¿el queria saber como estaba? El nunca se preocupaba por mi, solo por el trabajo. No dije más, simplemente me limite a ir a la tienda, necesitaba cubrirme, no queria que nadie más me viera con este estúpido traje de baño. Lo odiaba.

--Rebecca ¿estas bien?—pregunto Meredith cuando me vio salir con mi ropa puesta—lo siento mucho, es que el me llamó y no pude evitar decirle—suspiré y negué con la cabeza

--no te preocupes—solté con cansancio—¿hemos acabado ya? Quisiera ir a comer algo

--claro, mañana continuaran las fotos, tu ve a descansar—asentí y fui por mi bolsa.

Realmente estaba exhausta, habia pasado todo el dia en el sol, lo que queria era darme un buen baño, comer y dormir.

--¿estas bien?—preguntó Wesley cuando deje la tienda—luces algo molesta, crei que te alegraría ver a tu novio, al final te prefirió a ti y no al trabajo—un bostezo escapo de mi boca y mis ojos se cubrieron de lagrimas—pero no llores mujer, no seas dramática

--¿Quién llora? Tengo sueño—me apresure a responder. Wesley sonrio y seacercó para despedirse de mi con un beso en la mejilla

--nos vemos mañana lindura—y con una sonrisa y un guiño se fue, dejándome como una boba mirándole

Di media vuelta y lo vi de nuevo. Maison se encontraba detrás de la pantalla donde el fotógrafo y Meredith veían como exactamente había quedado las fotografías. Un pánico me invadió y fue eso lo que hizo a mis piernas apresurarse.

--vámonos ya—dije mientras lo alejaba del monitor—hasta mañana—me despedí del equipo y seguí mi camino

--deja de empujarme—se quejó Maison mientras se apartaba y me regalaba una mirada de enfado

--te mereces eso y más—lo ataque—¿Por qué viniste? Te dije que no era necesario

--¿me hiciste viajar desde Londres para que me quedara en el hotel encerrado?—preguntó con enfado—es estúpido

--no creí que te molestara, teniendo en cuenta que te la vives encerrado en tu oficina—Maison me regalo una de sus muchas miradas de enfado y no volvió a hablar en todo el camino de regreso al hotel

¿En que estaba pensado? ¿Cómo creí que sería buena idea traerlo a Tailandia conmigo? El chico estaba acostumbrado a trabajar, a estar ocupado día y noche revisando su computadora, no sobreviviría ni un día sin ella, y eso era más que obvio, porque parecía un loco en busca de su medicamento.

Llegamos al hotel después de casi media hora de viaje. Los paisajes de Tailandia eran hermosos, aunque habían muchos insectos, por suerte había traído suficiente repelente, no quería contagiarme de algo peligroso. Subí de inmediato a la habitación, necesitaba tomar un buen baño. Me relaje en el magnífico jacuzzi que tenía el baño. Jamás había estado en un jacuzzi, era reconfortante, estuve a punto de quedarme dormida, de no ser por los incesantes golpes en la puerta.

Me envolví en una bata y fui a abrir la puerta.

--¿ordeno servicio a cuarto?—pregunto el sujeto detrás del carrito con comida

Entre Amor Y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora