Chiquillo grosero

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Llegamos al restaurante y nos sentamos en una de las mesas del fondo. Mis ojos comenzaron a estudiar el lugar. Lucia muy comodo y tranquilo, no lucia muy lujoso simplemente agradable. Habían algunos muros de piedra y otros más pintados de rosa y verde pasto, el suelo era de duelas de madera y habían muchas plantas que le daban al lugar un ambiente muy fresco.

La mesera no tardó en llegar. Era una chica amable y atenta. Tomó la orden de Maison y la mia antes de dejarnos solos otra ves.

--este lugar es muy lindo—solté sin dejar de mirar a mi alrededor

--me parecio que te gustaba, no dejas de mirar como si nunca hubieras entrado a un restaurante en tu vida—dijo con tono presumido. Lo vi bajar su mirada a su teléfono y decidí concentrarme en mi servilleta-

--aquí tienen sus bebidas—le sonreí a la chica y acerqué mi vaso para beber un poco

--ella te sonrió—solté de pronto

--¿y eso que?—contesto cortante sin quitar los ojos del teléfono

--nada—di otro sorbo a mi bebida y mire a otra parte—tu auto es lindo

--gracias

Me levanté de la mesa y fui al baño. Comenzaba a aburrirme. Ese chico no hablaba conmigo sol oveia su teléfono, no es que fuéramos muy cercanos, pero eso que hacia era una grosería. Desde que llegamos estaba con su teléfono y pensar que yo ni traje el mio. Lavé mis manos y me quedé arreglando mi cabello. Estuve jugando con el dispensador de jabon hasta que asumi que mi comida ya estaría en la mesa.

Camine de regreso a la mesa y descubrí felizmente que mi plato ya estaba en la mesa. Tomé asiento y sonreír al ver lo rico que se veía mi sándwich.

--tardaste mucho ¿no crees?—habló mientras cortaba un pedazo de pechuga y se la llevaba a la boca

--me aburría—di una mordida a mi sándwich y sabia delicioso—ya casi acabas tu comida—dije mirando la mitad de su plato vacío

--si, así que termina de comer pronto—fruncí el ceño y di otra mordida

--si tienes prisa, puedes dejarme—Maison me miro sin expresión alguna mientras yo daba otra mordida a mi comida. Está vez la lechuga no se rompió y salió completa quedando pegada en mi mentón

Cubrí mi boca con mis manos y me apresure a meter la lechuga a mi boca. Eso solía pasarme mucho

--límpiate—pidió el chico quien aún seguía mirándome. Asentí y tome la servilleta—debes aprender a comer

--eso suele pasarme mucho—solté algo avergonzada—¿a qué hora debes regresar a trabajar?

--a las dos y media—respondió dando el ultimo bocado a su comida—aun tienes veinte minutos—dijo limpiándose la boca

--de verdad, puedes irte, no quiero que te atrases por mi culpa

--no traes dinero ni teléfono ni auto ¿Cómo piensas irte?

--puedo caminar—Maison me miró sorprendido y algo divertido—creo poder llegar a casa sin problemas—llevé una papa a mi boca seguida de otra y otra

--no dejare que regreses caminando

--no te dará tiempo para llevarme a casa y regresar—seguí comiendo mientras él se debatía entre abandonarme o llegar tarde a su trabajo—por mí no hay problema en caminar

--sé que no tienes problemas para eso, pero no confió en que sepas como llegar, además está muy lejos tu casa de aquí—di un sorbo a mi bebida y metí otra papa a mi boca—tendré que llevarte

Entre Amor Y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora