El diario

2.3K 169 4
                                    

Me quedé con Maison el resto del día. A pesar de haber pasado horas desde la discusión con su madre, el aun lucia afectado, por lo que me esforcé por hacerlo sentir mejor aunque sea un solo momento.

Jamás creí que la habitación de un hospital podria ser un lugar donde pudiera reirme tanto, por suerte así fue. Usé mi voz ronca para decir frases de los villanos de las películas que podía recordar o le decia cosas como eres lindo u hola guapo, con mi voz sonaban graciosas y lograba sacarle una ocasional sonrisa. Lo mejor vino cuando llegó la hora de almorzar.

Maison se rio como nunca mientras me veía sufrir con la horrible comida del hospital. El rubio me obligó a comer hasta el ultimo bocado aun cuando le pedi que se detuviera.

--la próxima vez le diré a Stanley que me traiga comida de verdad—solté para luego toser. Hablar mucho me hacia cosquillas en la garganta

--cuando vayamos a casa te cocinaré todo lo que quieras—una risa brotó de mi garganta al imaginármelo en la cocina—¿de que te ries?—preguntó ofendido

--tu no cocinas—solté entre risas. Maison sujetó mi nariz entre sus dedos y tiro suavemente de ella—no hagas eso—arrugué la nariz y alejé su mano

--eres tan linda—Maison puso cara de dolor y llevó las manos a su pecho—me lastimas—me reí al ver lo cursi que era—quiero comerte—sus manos me sujetaron por las mejillas y se acercó para besarme dulcemente

--estoy segura que tengo mejor sabor que la comida del hospital—los ojos azules del chico brillaron y me sentí tonta por haber echo ese comentario. Los labios de Maison se posaron sobre los mios y me besaron con intensidad

--si, tienes mejor sabor que la comida del hospital—murmuró contra mis labios. Sonreí como tonta y me acerqué para besarlo—amor, cuida tus manos—se separó de mi lo suficiente para que ambos miraramos mis manos que ya se encontraban debajo de su playera—no quisiera que Valeria nos regañara de nuevo por no ser cuidadosos—soltó con una sonrisa socarrona

--ya me siento mejor—Maison solto una carcajada y lo golpeé en el estomago—no te burles

--hablas tan gracioso—Maison me envolvió con sus brazos y me sujeto contra él—cuando vayamos a casa haremos lo que tu quieras, lo prometo—acercó su rostro al mio y atrapó mi labio inferior entre sus dientes—no dejaré que salgas de esa cama nunca jamas

--espero que sea en serio—Maison rió y se apartó suavemente—le diré a Valeria que me declaré de alta ahora mismo—bajé de la cama y fui hasta la puerta, pero Maison me atrapó antes de llegar a la puerta, sin embargo, esta se abrió de todas formas

--¿Quién es usted?—preguntó Maison poniéndome detrás de él alejándome del intruso

Miré al hombre que acaba de entrar a la habitación y cuando sus ojos se encontraron con los mios sentí como si vaciaran una cubeta de agua helada sobre mí.

--Niña, tengo que hablar contigo con urgencia—tragué saliva y el recuerdo vino a mi de inmediato

Debes saber que realmente no tengo nada contra ti, pero estabas en el lugar correcto en el momento equivocado. No me disculpare por nada.

Aquella noche estaba oscuro y apenas podía ver algo antes de que ellos cubrieran mis ojos con aquella venda, pero a pesar de todo lo recordaba. Su cabello lucia aun más canas que antes, pero su rostro seguía manteniendo las mismas arrugas y su voz, su voz era exactamente la misma.

--Le hice una pregunta—habló Maison con los nervios a flor de piel

--Niño, no tengo tiempo para esto, debo hablar con ustedes—el hombre avanzó hacia nosotros y Maison se movió con intensión de atacarlo

Entre Amor Y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora