Habíamos vuelto al principio, de nuevo estábamos sin dirigirnos la palabra como hace unos meses. Me sentía como todo un idiota, en teoría era mi culpa, había hablado de más y ella reaccionó como reaccionaria cualquiera, pero ¿Por qué le molestaba tanto? Rebecca no parecía ser una mujer a la que le importase lo que los demás dijeran de ella, al menos la antigua Rebecca.
--Eres el idiota más grande que he conocido—se burló Stanley con un tono un tanto molesto
Incluso mi primo se habia molestado conmigo, y odiaba que lo estuviera, y odiaba aun más la idea de que el tuviera que consolarla. ¿Por qué no podía ser como Stanley? ¿Por qué no podía abrazarla y pedirle perdón? ¿Por qué ella nunca lloraba conmigo pero si con él?
--Deberías ir y disculparte como él idiota que eres—fulmine a Stan y dejé un codazo en sus costillas—te lo voy a regresar y vas a llorar como bebé, un bebé tonto—dijo recordándome la venda que se encontraba en mi torso
Ni enfermo puedes dejar de pensar que soy una zorra.
Ella era muy dura en ese aspecto, siempre lograba mantener la calma aun cuando se que quiere golpearme por ser un estúpido.
No intento cambiar la imagen que tienes de mi, por que yo no te he dado razones para que pienses eso de mí, y si quieres pensar que tu futura esposa es una puta que se meté con cualquier idiota que se le pone enfrente, entonces hazlo, lo único que conseguiras es que no haya boda
No sabía que pensar, ella no era alguien muy confiable en ese aspecto, habia perdido la memoria, no recordaba nada de como era antes, además, se habia involucrado con ese estúpido guardaespaldas cuando nuestro compromiso estaba anunciado. ¿Qué podía pensar?
--supongo que intentaré hablar con ella—me moví lento intentando no lastimarme, pero en ese preciso momento, Rebecca cruzó el corredor y se encerró en el baño—¿Qué la pasa?
Stanley no pensó ni preguntó, el solo corrió al baño y comenzó a golpear la puerta llamándola una y otra vez. ¿Por qué no era como él?
Fui hacia él y esperé a que Rebecca abriera la puerta, pero no lo hizo. Nos pegamos a la puerta intentando escuchar algo, pero lo único que podíamos oír eran las arcadas que tenia y el llanto que no se detenia. Estaba llorando, pero no era un llanto normal. La habia escuchado llorar antes, pero jamás de esa forma. Estaba asustada.
--Debemos sacarla de ahí—Stanley intentó forzar la puerta pero lo detuve—Maison, debemos ver que es lo que tiene
--Dejala—los ojos de mi primo me miraron con sorpresa y confusión—va a estar bien, solo deja que se calme. Saldrá cuando tenga que salir
--¿Te estas escuchando?—soltó molesto—tu prometida esta adentro llorando y desesperada ¿y no piensas hacer nada?—Stan intentó abrir la puerta, pero lo empuje
--Te digo que la dejes ahí, cuando se sienta mejor saldrá—mi primo me miró con enfado pero al final, se rindió—no la presiones
Regresé a la habitación deseando que saliera pronto de aquel baño, pero conformé pasaban los minutos, me di cuenta de que no terminaría. Ella continuó llorando durante el resto de la tarde. Se oía como interrumpia el llanto solo para vomitar. Stanley se habia ido del cuarto después de gritarme un millar de cosas acerca de lo idiota que era, estaba preocupado y yo también.
Eran casi la una de la mañana cuando abrí los ojos. Me habia quedado dormido, y aunque podía oir el sonido del televisor de la sala, sabia que Stanley también estaba dormido. Me levanté y fui a la cocina por un vaso de agua, como habia pensado, Stanley se encontraba desmayado en el sofá con la boca tan abierta que me pregunte cuantas moscas ya habían entrado en ella. Apagué el televisor y el departamento quedó en silencio por lo que pude oír con claridad el incesante timbre del teléfono.
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Entre Amor Y Mentiras
RomanceUn extraña noche Julia sufrió el mayor cambio. Su vida paso a ser la de alguien que nunca conoció antes. Un error la llevó al otro lado del mundo solo para mentirle a gente inocente y peor aun, enamorarse de un chico que no le pertenece.