Nuevo puesto

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Me temblaba todo, parecía una gelatina a punto de ser devorada. Maison se encontraba de pie frente a mi con una mirada que no servia de nada para calmar mis nervios. Acerco su mano a mi y sentí mi garganta secarse.

Tranquila, respira, todo estará bien. Solo debes ser fuerte y resisitr..

Inhale hondo y tomé su mano.

--voy a vomitar—llevé una mano a mi boca intentando recuperar el control de mi estomago

--eres demasiado dramática, solo vas a trabajar no a casarte—dijo burlon. Lo mire con enfado pero no pude evitar sonreir—relajate

--es fácil decirlo cuando no eres tu el nuevo—cerré la puerta del vehiculo y me ajuste la cinta de la bolsa para que no se cayera

--te ira bien, solo checaras las facturas y la contaduría de la empresa—explicó mientras caminábamos por el estacionamiento—te explicaran que debes hacer y como hacerlo, y cualquier duda puedes preguntar, nadie te comera—entramos al ascensor y sentí el aire escapando de mis pulmones

Hoy era mi primer dia en mi nuevo trabajo como contadora en la empresa de mi suegro, el señor Derricks. El fin de semana habia intentado convencer a Maison de que era mala idea, que yo no tenia conocimientos sobre como manejar dinero de una empresa, sin embargo el no me escuchó y me aseguro que seria un trabajo sencillo para mi. Ahora me encontraba subiendo no se cuantos pisos en una pequeña caja metalica donde el oxigeno parecía ser escaso, vistiendo uno de esos trajes de trabajo que odiaba tanto y a punto de ser vista en la empresa como la nuera del jefe. Simplemente era mucha presión.

Me mantuve cerca de Maison, no queria morir asfixiada por tanta gente que entro en aquel elevador. Mi mano se aferraba a su brazo mientras en mi cabeza contaba hasta mil. Oí a Maison saludar a algunas personas y cuando me presentaba, tragtaba de mostrar mi mejor sonrisa. Era difícil, considerando que esta muriendo por dentro.

Llegamos a nuestro piso y sentí mis pulmones llenarse de aire cuando estuvimos fuera de ese cubículo.

--¿no vas a desmayarte cierto?—negue con la cabeza y deje escapar un suspiro—ya, de verdad, deja de preocuparte, no vas a llevar a la empresa a la quiebra

--¡¿Qué?!—llevé una mano a mi rostro y sentí los nervios regresar—no, esto es una mala idea—me di la vuelta dispuesta a irme pero Maison se apresuro a interceptar mi camino—no estoy preparada académicamente ni psicológicamente para esta clase de responsabilidad, no quiero arruinar algo o causar problemas a tus padres

--hey, tranquila—Maison colocó sus manos en mis hombros y me miro con paciencia y comprensión—no pasara nada, la contadora estará apoyándote y supervisándote, cualquier duda que tengas ella la resolverá. Hablé con ella, será estricta, pero te ayudara, no tienes de que preocuparte ¿esta bien?—mire al chico con temor y me obligue a mi misma a tranquilziarme, no podía ser tan cobarde—Becca, ¿estas bien?—cerré los ojos y asentí—de cualquier modo, sino te gusta, puedes ser mi asistente—abri un ojo y lo vi sonreir burlon

--prefiero la contaduría—Maison soltó una risa y se apartó de mi

--sabia que eso funcionaria—sonreí y me limite a seguirlo

Pasamos la recepción, donde una amable señorita nos saludo y nos dio la bienvenida. La pobre no era capaz de disimular lo encantada que estaba con Maison, simplemente debían verse sus ojos, los cuales brillaban como estrellas cuando vieron a Maison. Maison me presentó amablemene y ambas nos sonreímos a forma de saludo, para luego continuar con nuestro camino.

La oficina de Maison continuaba en el mismo lugar que antes, al igual que la ultima vez, no habia nadie en el pequeño escritorio donde se supone debe haber una asistente. Maison abrió la puerta y me dejó entrar a mi primero.

Entre Amor Y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora