Un vestido, un extraño

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Mire mi reflejo en aquel enorme espejo y sentí un nudo en el estomago. La mujer a mis espaldas continuaba hablando mientras ajustaba el vestido para poder salir a mostrárselo a Olive y Camila, pero no tenia cabeza para oírla, en mi mente solo tenia la imagen del vestido de novia cubriendo mi cuerpo.

--vamos a mostrárselos

La mujer abrió la puerta y espero a que saliera con paso lento de aquella habitación.

Incluso el caminar por el corredor lleno de vestidos para mostrar este modelo a Olive y Camila, me causaba nauseas. No podía casarme, no podía hacerlo, no con alguien a quien no queria y que tampoco me quiere.

--me gusto mucho más el anterior—habló de inmediato Olive

--no usare un vestido lleno de holanes—me queje mientras me enfocaba en buscar algo bueno en este vestido

--si madre, el anterior era horrendo—Camila se paró a mi lado como si se tratara de toda una experta en moda—el corte sirena te quedara mejor—dijo mientras levantaba las cejas—y el escote en corazón hara lucir tu busto

--no quiero lucir mi busto—solté con seriedad. La chica del espejo me miró con tristeza—ire a probarme otro

Baje de la pequeña plataforma y regreso al probador. Llevaba poco más de dos horas buscando un vestido. Olive y Camila no parecían tener gustos similares al mio, una queria a una princesa con holanes y flores, mientras la otra que una sirena con busto pronunciado. Yo no era ni una cosa ni la otra.

--¿Por qué no sales y escoges un vestido?—preguntó la mujer mientras me ayduaba a quitarme el vestido—¿Qué es lo que buscas en un vestido? ¿Cómo lo quieres?

--no lo quiero—respondí cabisbaja

--eres la primera novia que me dice eso—sonreí con tristeza y me puse la bata—tal vez no sabes lo que quieres, por que no das una miradita, a lo mejor encuentras algo

Me ajuste la bata y salí del probador. Camine por la boutique viendo como las demás novias que visitaban el lugar, se emocionaban buscando su vestido. Eso era lo que me faltaba, entusiasmo. Los vestidos eran hermosos, todos me gustaban pero lo que no me dejaba elegir era aquella sensación de estar obligada a elegir uno.

Todo seria más fácil si realmente quisiera casarme

Tome algunos vestidos que me gustaron y que deseé probarme, al menos podía jugar un rato. Regresé al probador, y la mujer me recibió con una sonrisa para luego darse a la tarea de ayudarme a vestirme.

--por fin—soltó Camila cuando me vio llegar—ese vestido no me gusta—la ignoré y me subí a la plataforma para verme mejor—no muestra tu figura

--a mi me parece lindo pero no es el adecuado para ti—Olive frunció los labios y se froto la barbilla—si tuviera algun tipo de pedrería, se veria mejor

--me gusta asi, liso—dije mirando el bello vestido blanco como el marfil—aun siento que la falda esta un poco amplia, además se siente muy rigido, preferiría algo mas holgado y con más movimiento pero sin tanta tela—dije a la mujer

--dejame ver que encuentro

La mujer desaparecio y me dejo con Olive y Camila, quien no parecía estar muy contenta.

--¿Qué?—pregunte mirándola con frialdad

--no estas escuchando nuestras opiniones—me reclamó—deberias por lo menos considerarlas

--ya las considere demasiado—hablé bajo—ya me puse todos los vestidos que eligieron, déjame a mi elegir

--pero tu...

Entre Amor Y MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora