1. Memory Of a Broken Woman

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PRIMER ACTO | capítulo uno

El recuerdo de una mujer rota


—Han pasado tantas cosas buenas y malas desde que no estás, que ya no sé por donde comenzar. —suspiré. —Una de ellas fue la desgarradora muerte de Anna, no obstante, no vine hoy aquí para mencionar sucesos que ocasionaran mi tristeza y la tuya. Tengo un secreto que he estado guardando por varios meses, para que tú fueras la primera persona en enterarte. —sin esperar ninguna respuesta por su parte, observé todo a mi alrededor. 

Era consciente de que a lo lejos un cuerpo se movía perseguido por su sombra, el constante y brusco zarandeo del mismo me indicaba quién era la persona causante de ello. Mi primer novio, Liam. Le había pedido que nos diera un poco de espacio para poder entablar una conversación sin interrupciones puesto que quería terminar con ello lo más rápido que se me fuera posible. 

Aunque intuía que no sería así, para nada.

Esta mañana, el chico del clima había pronosticado lluvia para esta altura del día. Dado que el cielo estaba completamente teñido de azul y los cantos de los pájaros se podían oír perfectamente, la predicción sobre el tiempo del día de hoy había sido errada. El reloj de mi muñeca marcaba las tres de la tarde y la fresca brisa que anticipaba la llegada del otoño, sacudía mi cabello hacia atrás mientras que el pequeño silbido del viento acompañaba mis palabras como si fuera una hermosa melodía de fondo.

—Me gusta un chico de mi instituto, nos gustamos, en realidad. Su nombre es Liam. —solté de repente. —Le pedí que fuera mi novio algunos meses atrás, antes de las vacaciones de verano. Stiles nos descubrió tan sólo unas horas después, en la secundaria, entrelazando nuestras manos segundos antes de entrar a clase. No tardó en contarle a sus amigos, incluso a papá. Como verás, mi intento de guardar el secreto para contártelo no salió del todo bien. —reí al recordar la cara de mi padre y el escándalo que había armado por ello. 

—Provocó que él me castigara por una semana, sin celular, sin laptop... sin teléfono, con el único objetivo de cortar todo tipo de comunicación entre Liam y yo. Aunque tú conoces a papá, los castigos no son ni nunca serán su fuerte. Todas las noches Liam me visitaba trepando por la pared y utilizando mi ventana como entrada; por lo que, como verás, seguíamos viéndonos.

Dejé de hablarle a la nada, a la lápida frente a mí, y un silencio sepulcral se hizo presente en el cementerio. Hasta ese momento había estado arrodillada frente a ella con intención de estar a su altura y no sentirme tan sola allí arriba. Me puse de pie sin romper el contacto visual, no sin antes colocar el ramo de girasoles (sus favoritas) a un lado de la lápida, y quedarme con una de ellas para poder guardarlas como recuerdo de mi visita.

Un día como hoy, ocho años atrás, Claudia Stilinski decidía abandonaros para siempre de la peor forma posible. Mediante el suicidio. Mi hermano mayor había estado junto a ella cuando más de veinte pastillas se resbalaron por la garganta de mi madre una detrás de la otra. Stiles apenas tenía diez años por lo que no era consciente del daño que le ocasionaría a mamá el consumir las pastillas de un sólo sopetón, él sólo creía que la estaba ayudando a disipar el dolor.

Nunca se perdonó el hecho de haber participado, inconscientemente, en aquel suicidio.

Y nunca lo haría, ni siquiera quería asomarse al lugar donde mamá estaba enterrada. El hacerlo le traería muy malos recuerdos; los que ocasionarían, a su vez, que Stiles decidiera aislarse de todo y todos por varias semanas.

Presioné mis labios con fuerza para evitar que las lágrimas comenzaran a caer con ferocidad por mis mejillas ante el recuerdo de mi madre; una mujer que intentó luchar y deshacer aquella enfermedad que la consumiría por completo cuatro años después.

Me hubiera encantado ser consciente de lo que le estaba pasando a mamá por culpa de su conexión con la abuela de Lydia, si alguien me hubiera confesado lo que en realidad era en ese tiempo, me hubiera tomado la molestia de encontrar algún tipo de solución al problema. Hubiera dejado de lado el hecho de que apenas tenía ocho años cuando la muerte se coló en los pensamientos de Claudia.

—Hubiera preferido... —susurré con la mirada en el suelo. Al levantarla pude sentir como la garganta se me cerraba en un nudo que pronto las lágrimas desataron. —Hubiera preferido que estuvieras aquí para compartir esto contigo a penas sucediera, a tener estos poderes que me da ser una Ahereen... pero decidiste irte antes de tiempo. Decidiste abandonarnos. —cerré los ojos con fuerza, conteniendo las lágrimas. Sin embargo, no sirvió de nada.

Alcé mi vista al cielo para tratar de inhalar oxígeno, se me hacía imposible respirar con el sofocante dolor en el pecho y la constante sensación de asfixia. Quería recuperar el tiempo perdido, quería volver el tiempo atrás para decirle cuánto la amaba, cuánto la idolatraba.

Yo sólo quería a mi mamá de vuelta.

Como si el recuerdo de mi madre agonizando de dolor no fuera lo suficientemente desgarrador, creí ver su rostro a pocos metros de mí.

—¿Madre? —pregunté con mis mejillas empapadas en agua salada.

—Te has vuelto una jovencita muy hermosa, Maya. Anna y tu padre hicieron un excelente trabajo. —respondió sonriente.

La tristeza que en algún momento sentía ante su memoria se vio reemplazada por la ira que comenzó a nublar mi juicio. Si bien parecía una sonrisa de esas que te sanaban el alma, a mi me pareció una infame burla.

—Aún no estábamos listos para despedirnos de tí, ¿sabes? —mis pies se movían con una lentitud insoportable, con cada paso que daba, ella más se alejaba. —Te amábamos, te amamos. —me corregí. —Estábamos dispuestos a seguir luchando para salir adelante porque lo prometiste. ¡Porque prometiste verme crecer! Por tu culpa papá no puede seguir con su vida, aún está atascado contigo. Por tu culpa Stiles sufre de ansiedad al creer que puede llegar a perdernos, sigue afectado con tu muerte. Por tu culpa pasé mi niñez preocupada y alejada de mis familiares, aún no estoy segura de haberlos recuperado totalmente.—sollocé. —¡Por tu culpa Anna está muerta!

Sentí como mis piernas perdían su fuerza y mi cuerpo caía al suelo, no obstante, el golpe nunca llegó dado que Liam me sostuvo de la cadera con fuerza; impidiendo el impacto con el césped del cementerio. Lentamente se fue sentando conmigo aún entre sus brazos y me obligó a abrazarlo; de esta manera logró calmarme mas no del todo. Las lágrimas seguían nublando mi vista ante el recuerdo de mi madre, el oxigeno comenzaba a hacerme falta, el pecho me dolía y mis manos temblaban como si fueran gelatina. Habían pasado ocho años desde su muerte, pero aún así, dolía como si hubiera pasado tan sólo unos días atrás.

Mis sollozos comenzaron a disminuir  considerablemente gracias a la fuerza con la que Liam me abrazaba.

Era increíble lo bien que me hacía estar junto a él; el aroma de su perfume que se colaba por mis fosas nasales, la forma tan dulce en la que me besaba, la manera en la cual me mantenía a su lado y con los pies en la tierra me hacían sentir fuera de este mundo.

Un mundo que sobrepasaba los límites de lo sobrenatural.

—No estabamos listos... —susurré con la voz entrecortada mientras me aferraba a su brazo. —No estaba lista...

—Lo sé, Maya. —respondió.

Su voz me calmó como una canción de cuna a un bebé y apoyé mi cabeza en su pecho mientras cerraba los ojos ahogados en lágrimas para disipar un poco el dolor.

Una tranquilidad me inundó por completo. Estaba comenzando a cuestionarme si sería capaz de separarme de él.



HELLO!!

Heme aquí pequeñas y hermosas criaturitass, yo he vuelto con este capitulo y espero que hayan llorado o tenido la intención de hacerlo puesto que eso era lo que quería lograr ejjejejej. Y nada pues eso; déjenme en los comentarios cuales son sus ships favs para tenerlos en cuenta ;)

LAS AMO! Nos leemos luego, 

besos, MusicLoverCR.

✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐃𝐄𝐂𝐄𝐏𝐓𝐈𝐎𝐍, teen wolf²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora