✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐃𝐄𝐂𝐄𝐏𝐓𝐈𝐎𝐍, teen wolf²

09. As Truth Unfolds

( teen wolf | temporada cinco, capítulo diecinueve | ❛ the beast of beacon hills❜ )

SEGUNDO ACTO | capítulo nueve

Conforme la Verdad se Revela

Caminé por los pasillos de la escuela sosteniendo mi teléfono celular sobre mi oreja y escuchando a mi interlocutor. Me mordí el labio inferior con toda la fuerza que tenía en ese momento.

—La luna llena me pone los bellos de punta. —comenté, provocando que cambiáramos de tema.

Esa noche sería mi segunda luna llena como mujer lobo y, para empeorar las cosas, estaba casi segura de que todos nuestros problemas con la bestia se resolverían esa misma noche. Si no lograba calmarme para las siete de la tarde, me perdería la verdadera acción y no podría ayudar a mis amigos a recuperar a Mason. En especial porque desde que habíamos descubierto que él era la Bestia, Corey se había escapado con él.

Esa misma mañana, toda la manada había descubierto que los Dread Doctors habían separado a mi mejor amigo de Corey, con lo cual no sabíamos su verdadero paradero y era más que seguro que Mason se encontraba en peligro. No obstante, no podía preocuparme adecuadamente por él porque, si lo hacía, corría el riesgo de transformarme en medio de la escuela.

Sentí mi corazón latir con fuerza dentro de mi pecho y continué mi camino hacia el salón de clases que me correspondía. No tenía demasiadas ganas de enfrentarme a Química... aún no lograba levantar mis calificaciones y estábamos a nada de cerrar el año, con lo cual mi futuro parecía pender de un hilo. Un error más y podía decirle adiós a la oportunidad de entrar a una universidad mediocre.

Mi cuerpo se estaba descontrolando casi diez horas antes de la luna llena y ya podía sentir mis ganas de convertirme allí mismo. ¿Cómo haría para controlarme esa misma noche? Si tan solo lo supiera...

—Y no es de esperarse. —comentó la otra persona. Del otro lado de la línea pude oír voces de adolescentes igual de revolucionados que en Beacon Hills High. Eso me sacó una pequeña sonrisa. —Aun no puedes controlarte y tu segunda luna llena está a tan solo unas horas de distancia. Intenta estar calmada durante todo el día, ¿de acuerdo? Así será más fácil controlarte esta noche.

Chasqueé la lengua. Había estado intentando hacerlo durante toda la mañana.

—Haré lo posible, pero no puedo asegurarte nada. —expresé, doblando en una esquina y casi chocando contra el cuerpo de uno de último año. —Por cierto, gracias por querer acompañarme esta noche. Conan y tú serán de mucha ayuda.

—Hey, no tienes por qué agradecerme. Te lo debo.

—Eso es cierto, aún no me recupero del mal tiempo que me has hecho pasar. —continué bromeando mientras reía, pero como si mi alegría fuera su detonante, la campana que señalaba el comienzo de clase sonó. Suspiré pesadamente. —Tengo que irme, Brett, nos vemos más tarde, ¿de acuerdo? —me despedí de forma apresurada, ingresando al salón de Química con un nudo en la garganta.

—Adiós. —oí que había dicho el hombre lobo, terminando nuestra conversación.

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El timbre de la escuela volvió a sonar, esta vez, para avisar que mi última clase del día había llegado a su fin.

Decir que había sufrido las dos horas de Química que tenía el día de hoy, era poco, muy poco. Pasé la mitad de la clase intentando descubrir dónde se encontraba Mason, un cuarto de ella prestando atención a lo que la profesora decía, y el resto, sintiendo un enorme nudo en mi estómago. No sabía muy bien el porqué de mi molestia, pero había reducido las razones a solamente dos: o era porque me preocupaba el bienestar de Mason y el cómo pasaría la luna llena de aquella noche, o mi estómago se estrujaba porque sabía que las pocas posibilidades de aprobar la asignatura en la que me encontraba se habían reducido a cenizas.