𝐒𝐄𝐂𝐎𝐍𝐃 𝐀𝐂𝐓: Epilogue

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Epílogo

Habían pasado dos semanas y media desde que mis amigos y yo habíamos logrado derrotar al hombre lobo que acechaba las calles de Beacon Hills, pero todos los acontecimientos de aquella noche aún resonaban en todos nosotros como si hubieran sucedido ayer. Estábamos intentando volver a nuestras actividades cotidianas, sin embargo, lo cierto era que sabíamos que ya nada sería como antes. En especial porque, después de aquella noche, habíamos perdido a un miembro de la manada. Kira.

Su despedida no me dolió tanto como a Scott, claramente porque yo no estaba enamorada de ella, pero sabía que sentiría la ausencia de la chica al igual que los demás. A decir verdad, Kira era la persona más dulce y bondadosa que había conocido y la dinámica entre los chicos ya no sería la misma. Nos faltaría ese rayito de esperanza que era la Kitsune.

Pero teníamos que continuar con nuestras vidas. Y eso hicimos. O al menos lo intentamos.

Scott había vuelto a recordar a Allison, Lydia finalmente se estaba recuperando de su herida al igual que Stiles, quien se había lastimado el pecho la misma noche en la que derrotamos a Sebastien, Malia disfrutaba de sus habilidades aumentadas, y Liam pasaba día y noche con su pareja. Cielos, incluso Hayden había recuperado su vida, por si fuera poco, con una mejora, ya que Scott había accedido a morderla para que se convirtiera en una verdadera mujer lobo.

La única que aún tenía problemas para reincorporarse era yo, mas nadie podía culparme por ello. Ahora todos sabían que era adoptada, que mi hermano biológico había decidido quedarse en Beacon Hills para pasar tiempo conmigo, y que había asesinado a un inocente. Ya no había trapos que sacar al sol y, aunque eso era un alivio, también me resultaba un poco incómodo. Todos me trataban igual que antes, pero yo había comenzado a sentirme fuera de lugar.

Eso último, claramente, no pensaba decírselo a nadie y mucho menos demostrarlo con un cambio en mi estado de ánimo.

Todo estaba bien.

—¡Miren lo que tengo aquí! —exclamé, presumiendo en el aire mi examen recuperatorio de Química y la enorme B+ que había en él. —¿No es genial? Finalmente puedo decir que no habrá escuela de verano para mí.

Eso no era del todo cierto, pues aún faltaba la segunda mitad del semestre y tenía que continuar con mis buenas calificaciones para que eso último se cumpliera, pero aun así no quise arruinarme el buen humor que me cargaba esa mañana. No quería romperme a llorar en ese mismo momento.

—¡Maya, eso es genial! —chilló Ariana del otro lado de la pantalla de mi celular. Esa era nuestra quinta video llamada de la semana. —¿Cómo lo has hecho?

Detrás de la Banshee, pude observar cómo Cher me saludaba con la mano y una sonrisa en el rostro. Se veían completamente felices y eso me alegraba. Le devolví el saludo casi al instante.

—Con sudor y lágrimas... y un poco de ayuda de Brett.

—¡¿Talbot?!

—Ese mismo. —reí. —Estos últimos días me ha estado ayudando con mis clases. La verdad es que es muy buen tutor. Yo creo que debería ser profesor, pero a él no le agrada la... ¡No me miren así! No pasa nada entre nosotros, ¡lo juro!

Ariana deslizó sus lentes de lectura por el puente de su nariz y me observó con ambas cejas alzadas. Le respondí sacándole la lengua.

—Han cambiado muchas cosas en Beacon Hills desde que nos fuimos. —se asomó Cher, quitándole el teléfono a la Banshee y enfocándose a sí misma.

La pelirroja no tardó en pegarse a ella para observarme y seguir conversando.

—Sí... —murmuré con una sonrisa nostálgica. —Las extraño.

✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐃𝐄𝐂𝐄𝐏𝐓𝐈𝐎𝐍, teen wolf²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora