✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐃𝐄𝐂𝐄𝐏𝐓𝐈𝐎𝐍, teen wolf²

23. Sleepover Goes Wrong Part 2

PRIMER ACTO | capítulo veintitrés

Pijamada Sale Mal Parte 2

Dejé escapar una risita al escuchar lo que una de mis mejores amigas estaba inquiriendo.

¿Liam? ¿engañándome? Eso no se lo creía nadie.

—Estas bromeando, ¿verdad? —volví a reír, mirando al suelo y luego al cielo estrellado.

Quería reírme a carcajadas en medio del jardín de la casa de Scott.

—Maya, te estamos hablando en serio. —la voz amenazante de Cher se escuchó detrás del auricular, la seriedad con la que me lo había dicho me hizo dudar. —¿O es que no te das cuenta de que Liam vive detrás de Hayden?

—Cher, por favor no me asustes. —dije, sintiendo como mi corazón comenzaba a latir de forma descomunal dentro de mi pecho. Mi voz, temblorosa, de seguro retumbó en los oídos de la otra Ahereen. —Liam no es el tipo de persona que terminaría una relación de apenas meses por estar con otra chica. Simplemente me cuesta creerlo.

El silencio que le siguió a aquella frase me incomodó más de lo que me gustaría. Cher suspiró y de repente, Ariana pareció agarrar el teléfono nuevamente.

—Escucha, Maya. —me habló. —En serio no me gusta ser la vocera de este tipo de noticias, pero tal vez debas reconsiderar el hablar con tu novio e intentar aclarar las cosas.

—Es que no hay nada que aclarar, Ariana. Ese es el verdadero problema. —me expliqué, corriéndome el mechón de cabello que caía sobre mi rostro y reprimiendo las lágrimas que querían salir de mis ojos.

Es que no lo entendía, ¿por qué Liam, mi novio hermoso y atento, haría algo como eso? Lo bueno de nuestra relación era que nos basábamos en la confianza y en el hecho de no guardar secretos. Eso era lo especial de nosotros. Yo me encargaba de alejarle aquellas horribles pesadillas a través del contacto, todas las noches luego de asegurarnos de que mi padre no se daría cuenta de que Liam entraba a mi habitación por medio de la ventana. Y él se encargaba de abrazarme todo el tiempo y hacerme sentir completa, sabiendo que un pedazo de mi corazón siempre estaría del lado de mi madre y que jamás podría llenar aquel vacío de nuevo.

Éramos dos adolescentes rotos, llenos de pesadillas que nos cazaban constantemente. Sin embargo, cada vez que estábamos juntos todo se sentía bien, como si no nos percatáramos de que nuestro alrededor se cernía en llamas. No quería creer que Liam era capaz de romper mi confianza, de destrozar lo poco que quedaba de mi corazón y aplastar mi orgullo con tan solo un par de acciones y sospechas por parte de un par de personas que eran demasiado importantes en mi vida como para traicionarme.

—No hay absolutamente nada malo acerca de nuestra relación. —les hablé. Manteniendo el llanto dentro de mi cuerpo y apretando mis labios en un intento por no llorar. —Es lo que hacemos. Somos la envidia de los pocos desafortunados que no han podido encontrar el amor. Podremos tener dieciséis años, pero hemos pasado por tantas cosas que nos han unido, tanta mierda nos ha pasado por delante que ya se me hace difícil creer que algún día podremos ser felices. Que podremos vivir una vida normal.

Nadie pudo hablar en aquel momento. Ni siquiera la respiración de la persona detrás del auricular pude escuchar, solo podía oír la música de la discoteca.

—Maya. —me llamó finalmente Cher. —Tu misma nos has dicho que no han hablado tanto como solían, que Liam no había ido a tu casa desde el momento en el que Hayden entró en su vida de nuevo. Así que, por favor, entra en razón y confía en nosotras. Tu corazón hará el resto.