29. Fight Till It Hurts

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PRIMER ACTO | capítulo veintinueve

Pelea Hasta que Duela

Mis piernas no dejaron de correr hasta que encontré a Lydia actuando de forma extraña dentro de un quirófano. Tampoco cuando hice el recorrido hasta la terraza del Hospital, después de que mi protegida me rogara que ayudara a Stiles. Sin embargo, dejaron de hacer esfuerzo cuando llegué al lugar y vi a mi hermano ser atacado por lo que parecía ser un chico quimera. 

Me quedé allí, parada, estática, viendo como Theo salía de la nada para proteger a mi hermano mayor. No reaccioné sino hasta que algunas chispas salieron disparadas hacia Stiles y Theo logró voltear a su atacante. 

Casi al instante, tensé la cuerda de mi arco y apunté la flecha a los cuerpos que se movían frente a mis ojos. Sin esperar mucho más tiempo, lancé la flecha que eventualmente se enterró en el hombro del chico que no conocía. Eso lo detuvo un poco, pero lo envió directamente hacia mi. 

Tuve un pequeño deja vú con respecto a Garrett que me desconcertó lo suficiente como para lograr que el muchacho corriera hasta mi y me rasguñara.

—¡Maya! —gritaron Theo y Stiles al unísono, logrando que yo volviera a mis cabales y comenzara a atacar al chico con todo lo que tenía. 

En algún momento, sentí que Theo se unía a la pelea mientras que Stiles se quedaba en su lugar lo suficientemente aterrado como para no poder hacer nada más que observar. 

Golpeé a la Quimera con  mis piernas y puños, incluso logré insertarle alguna que otra flecha en partes no tan importantes del cuerpo. Después de lo que pasó con Garrett, no podía dejar algo así sucediera de nuevo, por lo que intenté herirlo lo suficiente como para lastimarlo y frenarlo y no matarlo a sangre fría. 

Theo me siguió los pasos, seguimos luchando los dos juntos como si fuéramos un equipo y, por un segundo, creí que podríamos vencerlo sin la necesidad de acabar su vida. Trabajando codo a codo, logramos desestabilizarlo, por lo que cayó despavorido al suelo.

—Bien hecho, Maya. —escuché a Theo decir con una sonrisa de lado. 

Le respondí la sonrisa, viendo cómo él se acercaba a mi hermano para ayudarlo a levantarse.

—Tú no estuviste nada mal que digamos. —comenté divertida. Acomodé mi carcaj en mi espalda y, cuando quise darme cuenta y mi hermano ya estaba arriba, sentí que algo me jalaba y provocaba que me volteara para enfrentar a mi atacante. 

La Quimera.

De repente me encontré a mi misma en la misma posición que aquella tarde, y me aterré. Él me atacó y me empujó hacia el suelo. Caí en el pavimento con los ojos como plato e intenté alcanzar las flechas de mi carcaj para atravesar su cráneo como última opción. No quería hacerlo, pero al fin y al cabo no tenía escapatoria.

—No. —alguien dijo desde atrás mío, pero no fue la voz de mi hermano. —No esta noche. 

De un segundo al otro, Theo impidió que la Quimera se trepara encima mío al empujarlo lejos de mi. Lo golpeó una cierta cantidad de veces en el pecho y, cuando lo tuvo frente a sí, le desgarró la garganta. 

Pestañeé varias veces, agitada ante lo que había visto, y por poco grité cuando vi al chico caer de espaldas hacia mi dirección. De no ser porque Stiles me ayudó a ponerme de pie, el cuerpo inerte del muchacho habría caído sobre mí, trayéndome recuerdos de lo sucedido horas atrás en la cocina de mi casa. 

✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐃𝐄𝐂𝐄𝐏𝐓𝐈𝐎𝐍, teen wolf²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora