38. She Wolf

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[¡¡ÚLTIMO CAPÍTULO ANTES DEL EPÍLOGO!!]

PRIMER ACTO | capítulo treinta y ocho

Loba

Fijé mi mirada en la mano de Conan que tocaba mi brazo, y me aparté de él sintiendo el peso del mundo entero sobre mis hombros.

Segundos atrás, había oído la confesión más fuerte de mi vida. Era adoptada. Y ni Stiles ni Noah compartían mi sangre.

—No. —refuté en un susurro ahogado, a causa de mi garganta cerrándose. De repente sentía que necesitaba agua y aire para respirar. —No... No. No puede ser, ¿cómo..?

Mis ojos instintivamente se movieron por todo el parque, cayendo en el suelo y notando el césped debajo de mis pies temblorosos. ¿Cómo debía reaccionar ante la noticia? ¿Cómo podría continuar con mi vida sabiendo que la persona que creía ser, no existía? Sentía un vacío en el interior, el más grande de toda mi corta existencia. 

Incluso era más abismal que el que había sentido en el funeral de mi madre. Quien ahora no era más que una mujer desconocida que había aceptado protegerme todos esos años atrás.

No quise oír lo que Conan tenía para decirme, pero de igual forma lo hice. Quería conocer algo sobre mi vida pasada. 

—Nuestra madre biológica, Daria, era una Ahereen y murió junto a su Banshee cuando tú apenas eras una bebé. —explicó. No intentó acercarse más a mi, comprendiendo lo mal que lo estaba pasando. Necesitaba mi espacio personal en ese momento más que nada. —Tu nombre real es Maya Campbell y provienes de una familia de cazadores y Ahereens muy poderosa. Todos estos años has vivido una mentira.

La frustración que en ese momento me invadió, fue inexplicable. 

—No, Conan, mi nombre es Maya Stilinski y Claudia era mi madre. Una Ahereen. —intenté hacerlo entrar en razón, dando toques sobre mi pecho en cada palabra que salía de mi boca. Verdaderamente quería sentir y creer todo lo que yo decía, pero en ese momento la realidad y la ficción simplemente parecían ser la misma cosa. —Porque si lo que me dices es verdad, significa que...

—Tu madre sufría de demencia frontotemporal, pero Lorraine no. —la velocidad con la que hablaba, hacía que mi corazón se encogiera con cada segundo que pasaba. —Su suicidio fue real. 

Y ahí fue cuando sentí que debía alejarme de él. 

¿Cómo se atrevía a hablar de la muerte de mi madre con tanta facilidad? El solo recuerdo de la noche en que pasó, hacía que mi cuerpo se estremeciera. Aún se sentía como si hubiera pasado el día anterior.

Pero de igual forma no lo hice. No me moví de mi lugar.

—¿Cómo es que sabes tanto de mi familia? —me animé a preguntarle.

A esas alturas no me quedaba otra opción que creerle.

La forma en la que lo decía, tan convencido y dolido, era suficiente. Llámenme incrédula, pero desde el primer momento él se mostró amable conmigo. Desde la noche en la que me salvó de Garrett, confié ciegamente en él. Y ciertamente, aún lo hacía. 

—Te he estado buscando desde que volví a casa... hace trece años. —con la voz, remarcó la cantidad de años que habían pasado, y la cabeza comenzó a darme vueltas. —Maya, la mayor parte de mi vida estuve tratando de encontrarte. Cambié mi identidad, me convertí en Druida tratando de entender tu situación y lo que le había pasado a nuestra madre. Incluso busqué a nuestro padre para contarle sobre ti, por eso he estado tan desaparecido, necesitaba encontrarlo.

✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐃𝐄𝐂𝐄𝐏𝐓𝐈𝐎𝐍, teen wolf²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora