33. The Things We Discover and The Ones We Leave Behind

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PRIMER ACTO | capítulo treinta y tres

Las Cosas Que Descubrimos y Las Que Dejamos Atrás

El camino hacia la casa de Scott se hizo extrañamente corto. Jamás pensé que después de lo sucedido podría estar en el mismo vehículo que mis amigas. Me resultaba irreal lo sensacionales que eran, pues ni siquiera se me cruzó por la mente que ellas podrían perdonarme después de lo que les había hecho. Ellas habían dejado todo de lado con tal de ayudarme y yo les agradecía marchándome hacia otro lugar. 

Simplemente aún no podía despertarme de aquella ensoñación. 

Sin embargo, todo volvió a mi en cuanto cruzamos la puerta principal. Justo en el momento en el que la mirada de Theo se cruzó con la mía. 

—Maya. —me llamó Lydia con una sonrisa en el rostro. Caminó hacia mi y se cercioró de que todo estuviese bien conmigo. —Me alegra que estés bien, no sabíamos cómo despertarías... o si en algún momento lo harías. —explicó, abrazándome. 

Le correspondí al instante, cerrando mis ojos y percibiendo cómo mis amigas caminaban dentro de la casa. Sentía la mirada de alguien más sobre nosotras, y fue ahí cuando abrí los ojos y me fijé en la sonrisa que Theo me daba. Era cálida, y sin duda me invitaba a corresponderla, pero lo único que pude hacer fue ponerme nerviosa y desviar la mirada hacia el otro chico que desconocía. Aferrándome a los brazos de mi protegida. 

Fruncí el ceño al observar mejor al muchacho desconocido, pero los movimientos bruscos de Lydia me desconcertaron. 

—Bien. Además de aquellas vendas, estás perfecta, ¡fantástico! ¿Te dijeron cuándo podrías quitártelas? —cuestionó ansiosa. Un tanto aturdida, negué y seguí observando al muchacho que parecía tener mi edad.

—¿Quién es él? —pregunté señalándolo. Lydia se separó de mi y volteó para enfrentarlo.

—Por poco lo olvido... —expresó, avergonzada. —El es Corey.

—Y gracias a él, justamente antes de que llegaras, descubrimos donde están Liam y Hayden. —intervino Theo, observándome fijamente  con esos ojos penetrantes y juzgadores que tanto conocía.

—Oh. —dejé escapar, perdiéndome en los ojos del diablo. Con tantas prisas me había olvidado de aquel pequeño gran detalle.

Mi novio, porque aún no habíamos roto oficialmente, y la chica con la que me engañaba, o por lo menos yo creía que lo hacía, habían desaparecido la noche anterior.

—¿Y qué esperan? —habló Cher, sacándome de mi ensoñación. —¡Vayan a buscarlos! —exigió con cara de pocos amigos y señalando hacia la puerta. 

Lydia fijó su vista en mí, como si intentara buscar algo en mis ojos, y luego se dirigió a Theo. Yo no dije absolutamente nada, simplemente me quedé varada en el medio del camino. 

—Maya. —me llamó Theo. —¿Vienes a rescatar a tu novio? 

No supe por qué, pero había un tono irónico en aquella pregunta que no pasé desapercibido. Aún así, me limité a mirarlo atónita, sintiendo la mirada de todos los presentes sobre nosotros dos, y luego negar.

No podía enfrentar a Liam en el camino de vuelta a la casa de Scott, era demasiado pronto y yo aún quería hablarlo con mis amigas antes de tomar alguna decisión. O de cómo hacerlo. Jamás había salido con alguien y, por ende, jamás había tenido que separarme de aquel alguien. Era inexperta en ese tipo de cosas y necesitaba la ayuda de alguien; Lydia. 

✓ | 𝐅𝐈𝐆𝐇𝐓𝐈𝐍𝐆 𝐃𝐄𝐂𝐄𝐏𝐓𝐈𝐎𝐍, teen wolf²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora